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Guillermo Díaz Bermejo

A las pruebas me remito

NACION HISTÓRICA

Nación histórica o  nacionalidad histórica. Se trata de términos que habitualmente son utilizados por políticos nacionalistas, independentistas e incluso por los círculos de Podemos. Usan estos términos para decir de modo concreto que Cataluña, Euskadi y Galicia tienen todo el derecho del mundo para hacer referéndums vinculantes y poner en práctica el tan manido “derecho a decidir”. Tratan de sostener que estas comunidades autónomas tienen identidades políticas, lingüísticas y culturales totalmente diferentes del resto de España. Utilizan nación como sinónimo de nacionalidad y consideran que España es una nación de naciones.

Voy a tratar de ver si tanto desde el punto de vista jurídico como del histórico, estos políticos tienen fundamentos suficientes para seguir sosteniendo lo que sostienen y voy también a tratar de hacer un análisis de cuantas Comunidades Autónomas podrían sostener de forma legítima y con bases jurídicas e históricas sólidas, que son naciones históricas.

Veo en primer lugar la jurisprudencia del Tribunal Constitucional que claramente se manifiesta en el sentido de decir que el concepto de nación y de nacionalidad no son sinónimos. Esta jurisprudencia declara que nuestra Constitución sólo admite una nación y que esta es la Nación Española.

Si pasamos revista a los diferentes Estatutos de Autonomía, podemos ver claramente que otras comunidades autónomas no han podido acceder al nivel de competencia de Cataluña, el País Vasco o Navarra,  aun cuando, en algunos casos, ciertos partidos políticos también están reivindicando este calificativo de nacionalidad histórica y el mismo nivel de competencias que han alcanzado los territorios forales en nuestra Constitución.  Hay algunas comunidades como Andalucía, Aragón, Islas Baleares, Canarias, Comunidad Valenciana o Galicia, que incluyen en sus estatutos de autonomía un auto reconocimiento como nacionalidad o nacionalidad histórica. Por el contrario otras como la nuestra, Asturias, Cantabria o Castilla y León, son reconocidas en sus estatutos como Comunidades históricas, pero no como Nacionalidades.

Si pasamos al terreno puramente histórico podemos ver que la nación es una organización política que surge en la Edad  Media en la que la autoridad real fue consolidándose al tiempo que una progresiva centralización. En ese periodo, la autoridad real impera en una nación asociada a un territorio delimitado en el que surge el concepto jurídico/político  de Estado y de los elementos característicos que lo configuran como nación, territorio, población y ejército. Es en ese momento en el que los historiadores dicen que surge la Nación.

Voy a referirme ahora de modo concreto al Reino de Asturias, sobre el que todos los historiadores coinciden en señalar que fue la primera entidad política cristiana establecida en la península ibérica tras el hundimiento del reino visigodo en la batalla de Guadalete y la subsiguiente conquista musulmana de la península ibérica. Dicen también los historiadores que se puede considerar al Reino de Asturias como el embrión de España, ya que tras la batalla de Covadonga, se fue expansionando hasta alcanzar el rio Duero. La lucha de los asturianos primero contra los romanos, luego contra los vándalos y después contra los musulmanes, fue forjando una identidad común entre los pueblos de Asturias. Esta identidad común se fue trasladando a toda la península tras la unión al Reino de León y después a la Corona de Castilla y al Reino de Portugal.

Frente a estos antecedentes históricos de tanto peso, curiosamente la lengua vasca nunca sobrepasó el límite del rio Nervión durante la monarquía asturiana y se da la circunstancia además de que los vascones habían caído en la órbita asturiana durante los reinados de Alfonso I y Fruela. Si hablamos de Cataluña sabemos que se formó a partir del condado que formaba la Marca Hispánica y que después ese condado quedó unido a la Corona de Aragón. Si nos referimos a Galicia, ha de decirse también que cayó bajo la autoridad de la monarquía asturiana, tras las insurrecciones de los gallegos que fueron aplastadas primero por Fruela I y después por el Rey Silo.

Por tanto y por deducción lógica,  ¿no son primero Asturias y después Castilla/León las auténticas y verdaderas naciones históricas? ¿pueden presumir de ser naciones históricas Galicia o País Vasco que estaban sometidos al Reino de Asturias? ¿puede presumir de nación histórica Cataluña que pertenecía a la Corona de Aragón?.

Así que amigos políticos independentistas, dejen de manejar tendenciosamente eso que llaman hechos diferenciales y confórmense sólo con ser, como mucho, comunidades autónomas, al igual que lo es el Principado de Asturias, aun cuando podría tener todo el derecho del mundo a ser una Nación histórica.

Y como sigan así, aquí en Asturias vamos a tener que volver a resucitar a D. Pelayo, que desenfunde la espada y en esta ocasión no para echar a los musulmanes, sino para escorrer a gorrazos a todos los políticos independistas y secesionistas y mandarlos a sus casas. Caramba, entérense: Asturias es España, el resto es tierra conquistada.

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Sobre el autor

El blog de un jubilado activo dedicado al voluntariado social, permanentemente aprendiendo en materia del derecho de las nuevas tecnologías y crítico con la política y la injusticia social.


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