Tras casi cinco meses de puestas en escena, desfiles por la pasarela parlamentaria, juegos de tronos, acusaciones de todo tipo, totalmente enfrascados en sus intereses personales y de partido, los políticos han dado la espalda e ignorado a los ciudadanos y nos han abocado a unas nuevas elecciones a final de junio. La insensatez, la carencia de sentido de estado, el oportunismo político y la ambición personal de algunos dirigentes, nos han llevado a esta situación que, una vez más, va a meter la mano en el bolsillo de los contribuyentes para sufragar los costos de estas nuevas elecciones, costos que probablemente sólo servirán para obtener unos escrutinios similares al proceso electoral anterior y con ello volver a las andadas y a los juegos otros seis meses más.
Aun cuando sabían que la posibilidad de unas nuevas elecciones era previsible, los diputados elegidos en las elecciones de Noviembre pasado, en vez de anticiparse a los acontecimientos y ponerse manos a la obra para buscar una reforma urgente de la ley electoral y de ese modo cambiar el formato de las campañas para reducir sus costes, han estado durmiendo una larga y plácida siesta, sentados en los cómodos estrados del parlamento. Eso sí, han cobrado puntualmente los salarios, dietas y demás prebendas que tienen establecidas, aun cuando no han hecho nada para ganarse el sueldo, como tienen que hacer todos los asalariados de este país para poder llevarse el pan a casa y para evitar que sean despedidos por bajo rendimiento en su trabajo.
Según datos que ha facilitado el Ministerio del Interior, el costo logístico de las elecciones de Noviembre pasado ha sido de 130 millones de euros. A esta cifra hay que añadir otros 153 millones que se han destinado a la financiación de los partidos políticos y que los han cobrado proporcionalmente a los escaños que han obtenido. Hay que sumar también todos los costes que implica la movilización de fuerzas de orden público, las movilizaciones de funcionarios, los costes salariales de los trabajadores que obligatoriamente han de formar las mesas electorales, etc.etc.
Los ciudadanos, cuando se disuelvan las Cortes en los próximos días, en modo alguno podríamos entender razonable que los partidos políticos volvieran a percibir el importe íntegro de las subvenciones electorales que están previstas en la Ley Orgánica del Régimen Electoral, ley que seguramente, en esos casi seis meses de inactividad parlamentaria, no les ha interesado modificar porque de hacerlo hubieran perdido esta ventaja. Esta Ley, como nunca antes había ocurrido, no tiene previsto el supuesto de repetición de unas elecciones generales.
Los parlamentarios electos no han cumplido la primera y fundamental misión que tenían encomendada y que era la de elegir al Presidente del Gobierno. Pero, pese a que no han hecho su trabajo, seguro que van a estar prestos a volver a cobrar el importe íntegro de las subvenciones que tiene previstas la ley y que tampoco han querido modificar. También querrán utilizar las mismas reglas establecidas para las campañas electorales en general.
Pues no, ¡basta ya!. Los ciudadanos tenemos que protestar e incluso gritar para pedir a los políticos dos cosas concretas:
La primera es que de una vez por todas, tienen que sentarse en la mesa de negociaciones y pactar que en estas próximas elecciones, de las que única y exclusivamente ellos son los culpables, no van a percibir ninguna subvención pública. En modo alguno podemos aceptar el despropósito que implicaría meter otra vez la mano en el bolsillo de los ciudadanos para subvencionar a esos políticos que han sido incapaces e incluso han mostrado ineptitud para ponerse de acuerdo y ser capaces de formar un gobierno que afrontara de modo urgente los problemas de los españoles.
La segunda es que acuerden un drástico acortamiento de la campaña, ya que además del ahorro de costes, los ciudadanos estamos hartos de tantos mítines, de tantas propuestas electorales huecas, de tantos discursitos, de tantos anuncios de programas que nunca se van a cumplir, de tantos y tu más, de tu eres el malo y yo soy el bueno. Tras estos casi cinco meses de juegos de tronos, como no somos tontos, los ciudadanos ya tenemos la idea suficientemente formada sobre quienes son unos y otros y sobre cuál va a ser nuestra intención de voto. Por tanto, si ya lo sabemos, para qué hacernos perder el tiempo y el dinero con más campaña electoral. Ya estamos hartos de ella.
Así que por favor, ya que antes no han llegado a ese gran pacto para elegir Presidente del Gobierno, lleguen ahora a este otro gran acuerdo para buscar alternativas, no marearnos con otra campaña más y para ahorrar un poquito de esos muchos dineros que los ciudadanos necesitamos para otros servicios públicos más importantes. Si lo hacen demostrarán que piensan en los ciudadanos y si no, una vez más demostrarán que les importamos muy poco y que lo único que les interesa es mirarse a su ombligo que como todos sabemos, es redondo.