Estimado Sr. Rajoy: Ayer, como era de esperar, tuvo lugar en Cataluña ese esperpento llamado referéndum, en el que, los independentistas catalanes con Puigdemont al frente, usando todo tipo de estratagemas y pasándose por el forro toda la legalidad vigente, consiguieron uno de los objetivos que tenían previsto. Este objetivo, ni más ni menos, era conseguir que, con la prevista y medida pasividad de los Mossos de Escuadra, la Policía Nacional y la Guardia Civil, tuvieran que cargar para desalojar a los activistas y de ese modo ya tendrían la excusa para sacar a los medios de comunicación nacional e internacional, todo tipo de fotografías, muchas de ellas trucadas, hablando de “brutales cargas policiales”.
Tras fabricar este escenario tan interesante para ellos, de ese estado opresor que quita la libertad de los catalanes, ahora ya entran en la segunda fase del proceso que consiste en formular la declaración unilateral de independencia, por parte del Gobierno catalán, el próximo día 4. Lo tenían todo más que medido y previsto.
Y en este estado de cosas, sabiéndose como se sabía en lo que iba a acabar esto, yo me pregunto: Tras reunirse con Trump, que en su comparecencia ante los medios de comunicación dijo que los catalanes eran tontos regresó a España y desapareció. Los ciudadanos de a pie no sabemos si usted estaba en La Moncloa, descansando en su casa de Sangenjo en Pontevedra, o haciendo alguna ruta del Camino de Santiago. En estos momentos tan difíciles y tan convulsos tanto para los catalanes como para los españoles, usted ha estado escondido.
Sólo ayer, a las 8 de la tarde, compareció ante los medios de comunicación para hacer una brevísima declaración institucional, sin admitir preguntas, para sacar pecho y manifestar que no había habido ningún referéndum de autodeterminación y que usted había asumido su responsabilidad. Añadió también, al igual que días atrás ya había hecho alguno de sus ministros, que los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado habían actuado por mandato de los jueces y no del gobierno.
En los días anteriores a este aciago 1 de Octubre, mientras usted estaba escondido sin dar la cara, salió su ministro de Economía Sr. De Guindos para decir que estaba dispuesto a negociar mejoras económicas para Cataluña, lo que a todas luces implicaría doblegarse al chantaje catalán y tras ello, traer como consecuencia que de modo seguido, los vascos también a pedir su parte y después los gallegos. Salió también el Sr. Menéndez de Vigo para hablar de la confianza que le merecían los Mossos de Escuadra, aun cuando si había que hablar de este cuerpo policial, debería de haberlo hecho el Ministro de Interior que es quien tiene las competencias. También apareció en alguna tertulia la Ministra de Sanidad en su condición de catalana, pero sólo se limitó a decir que lo que se estaba haciendo en Cataluña era ilegal, pero echaba balones fuera diciendo que la policía estaba actuando siguiendo órdenes de los jueces y no del gobierno.
Sr. Rajoy, al oírlo ayer a usted en su corta declaración institucional, para valorar lo que había ocurrido en Cataluña, uno se podría quedar con la sensación de que allí no había pasado nada, que no había habido referéndum y que se ofrecía a dialogar con los separatistas. Una de dos, o usted no tiene toda la información de lo que está ocurriendo en Cataluña (algo que resulta impensable) o sencillamente usted es un timorato o un cobarde.
Sr. Rajoy; Los españoles necesitábamos un presidente y un gobierno fuertes que, viendo el abismo al que se acercaba el pueblo catalán, cogiera el toro por los cuernos ya antes de que llegara el anunciado día 1de Octubre, convocara al Congreso de los Diputados para informarles, hablara con todos los grupos parlamentarios y de modo inmediato, con el mayor consenso posible, empezara a aplicar el artículo 155 de la Constitución, que para eso está. Necesitábamos a un presidente fuerte que saliese constantemente a los medios de comunicación, que estuviese presente en Cataluña y que, recurriendo a la pedagogía, informara a los ciudadanos con pelos y señales por ejemplo, del desmadre de la deuda pública catalana, de los cientos de millones de euros que ha recibido el Gobierno Catalán de las arcas públicas españolas, que hablara documentadamente de que es el Estado Español quien está financiando la deuda catalana.
Probablemente esto no lo hace, porque sabe que al igual que antes le pasó a Felipe González, a Aznar o a Zapatero, necesita el apoyo de los nacionalistas tanto catalanes como vascos, para poder aprobar los presupuestos del Estado y para gobernar. Pero, aun con esto, tengo que recordarle que usted es el único culpable de no haber aplicado los preceptos constitucionales y con ello no haber dado un puñetazo en la mesa y de no haber permitido que durante cinco años, los independentistas catalanes estuvieren urdiendo su estrategia secesionista, saltándose a la torera todas las normas habidas y por haber. Usted no ha dado la cara para hablar abiertamente con todos los partidos políticos para hacer un diagnóstico correcto de la situación y para negociar las soluciones a aplicar.
Sr. Rajoy, los españoles de a pie hubiéremos agradecido verlo a usted al frente, aplicando medidas inmediatas, reaccionando contundentemente ante cualquier maniobra secesionista, y aplicando medidas claras. No me sirve que haya delegado en el Poder Judicial para que fueren ellos los que velaran por el cumplimiento de la legalidad vigente. Eso, evidentemente está bien, pero es insuficiente. No le puede servir a usted como excusa para no haber intervenido.
Ayer ha quedado demostrado con su declaración institucional, que usted sólo se limita a esperar, que aquí no pasa nada. Pero, acaso no merece una contundente intervención del Gobierno de España, se preserve nuestra unidad, nuestra libertad, nuestras leyes y nuestra constitución. Me resulta muy difícil de entender. Hay una realidad y es que son los independentistas catalanes, con Puigdemont al frente, los auténticos responsables de este cisma. Pero, tengo que decir alto y fuerte que usted también es responsable, por su manifiesta dejación de funciones y por su pasividad ante tan grave problema.
¿no debería de convocar elecciones ya?