Me siento profundamente indignado por todas las noticias que están apareciendo estos días, sobre los dedazos de nuestro presidente Pedro Sánchez, para enchufar con desmedidos salarios, a toda clase de amigos y miembros del partido, que coloca tanto en los puestos relevantes de la administración, como de nuestras empresas públicas. La ultima noticia que tengo es el del fichaje de su mujer por el IE University, como directora del África Centre, un nuevo puesto que, según parece, se ha hecho a medida para ella.
Desde nuestra transición democrática, tanto el PP como el PSOE, han utilizado de modo descarado el enchufismo, para instalar a sus redes clientelares en todo el aparato de la administración pública. Tristemente esta política enchufista y de nombramientos a dedo, nos ha llevado a que España, en este momento, dentro de los países desarrollados, ocupe el segundo puesto en el ranking de politización de nuestra administración, tanto estatal como autonómica y local.
Ahora se ha sentado Pedro Sánchez en la Moncloa y aun cuando es un presidente interino, que ha decidido resistir y no pasar por las urnas, cuando parecía que todos los récords del ranking estaban batidos, parece que está dispuesto a alcanzar la medalla de oro para ocupar el primer puesto de la clasificación de órganos politizados, ocupados por enchufados y nombrados a dedo. El asalto que está realizando tanto a las instituciones como a las empresas, para colocar a los suyos, no tiene parangón. Destituye cargos policiales o directores de empresas públicas y de modo inmediato, en sólo unos meses coloca a sus amigos y militantes. Eso sí, utilizando el dinero de los ciudadanos para incrementar de modo desmesurado los salarios de los nuevos nombramientos.
Leo con asombro e indignación cómo, por ejemplo, destituye de modo fulminante por pérdida de confianza, al coronel Sánchez Corbí, jefe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, qué a juicio de los propios miembros del Cuerpo, era un jefe extraordinario y qué con el PP en el poder, se atrevió a investigar todas las tramas de corrupción del partido. Pensando mal, igual es que Sánchez, viendo lo que hacía con el aparato del PP, lo destituyó de inmediato para frenarlo y evitar que también investigara las tramas del PSOE, como por ejemplo la financiación irregular de su partido en Valencia
No es de recibo que el poder político cercene la brillante carrera profesional de un funcionario que, de modo eficaz dirigió la lucha contra la corrupción, el terrorismo y el crimen organizado. Aun cuando como consecuencia de esta eficacia, el PP estaba siendo duramente castigado por las investigaciones de este gran profesional, Rajoy no se atrevió a apartarlo. Llega Pedro Sánchez y lo elimina de un plumazo. ¿por qué? Con esta decisión sin ningún sentido ni rigor, a mi juicio, se está tomando el pelo a los ciudadanos.
Causa la misma indignación ver como nombra para dirigir la empresa pública Paradores, a su ex secretario de organización que no tiene ni formación ni experiencia alguna para ocupar ese puesto y además de ello, le asigna un sueldo anual de 180.000€, salario este muy superior al que percibía el anterior director. O la del nombramiento de su ex jefe de gabinete como director de Correos con el módico salario de 190.000€. O la gestión del CIS a su compañero en la ejecutiva.
Y qué decir del nombramiento de Berlanga como presidente de la Empresa Nacional del Uranio (ENUSA), que estaba siendo dirigida por un ingeniero industrial, ya que el cargo requería una alta cualificación técnica. Este profesional llevaba 20 años en el cargo y no fue sustituido por los tres presidentes de gobierno anteriores, uno de ellos socialista. Llega ahora el Sr. Sánchez y nombra a su amigo Berlanga, que como mérito tiene el de ser licenciado en filosofía, estar afiliado al PSOE y ser el gerente de la Fundación Deportiva Municipal de Valencia, con un sueldo de 65.000€. Esta persona sin la formación técnica necesaria y sin ninguna experiencia, ocupa el nuevo puesto desde hace pocos días y con un módico salario de 210.000€.
Para no hacer mas extenso el artículo he de decir que estos nombramientos son una muestra corta de las decenas de nombramientos que se han hecho a dedo en las cúpulas de la administración y de las empresas públicas. Siento terror pensar en la cadena de nuevos nombramientos de cargos técnicos que no deberían ser políticos y que se van a ir produciendo en otras escalas más bajas.
Considero que se trata de una manifiesta irresponsabilidad totalmente impropia de un Jefe de Gobierno que debería de tomar decisiones con sentido de estado, pero que, por lo que veo no lo tiene. Solo pretende ser el cacique que, en los pocos meses que dure en el gobierno, coloque a los suyos en los puestos relevantes, dotándolos además de unos suculentos sueldos, aunque no tengan ninguna cualificación para el cargo que van a ocupar.
Me cabrea también que PP, Podemos o los partidos nacionalistas, se limiten a guardar silencio. La bajeza moral de nuestra partitocracia y politocracia está superando todos los límites. Sólo están viendo a la administración pública que, por cierto, pagamos todos los ciudadanos con nuestros impuestos, como un botín con el que se van a lucrar. En el mundo de los politócratas se empieza con una recomendación, se sigue con un enchufe, se continúa con la devolución de favores y de ahí sólo queda un paso para entrar el cohecho impropio y la prevaricación.
Si de verdad queremos que la administración esté al servicio de los ciudadanos y no al de los políticos de turno, de una vez por todas se hace necesario que, al igual que se convocan oposiciones y concursos para contratar a un ordenanza o a un auxiliar administrativo, se cambie el modelo de nombramiento de los altos cargos, de modo que, al igual que se contrata al mas bajo funcionario de la escala administrativa, se someta a esos nombramientos a sistemas de concurso oposición, méritos y capacidad. No se pueden tolerar más enchufados.
Termino diciendo alto y fuerte que, a mi juicio, la actuación de nuestro presidente, se incardina claramente en el cohecho impropio. ¿nadie va a hacer nada en nuestro Parlamento?