Lo que está ocurriendo en Asturias es indignante. Un día sí y otro también, estamos leyendo noticias en los medios de comunicación, relativas a los serios agravios que sufrimos los asturianos que, día a día y paso a paso, estamos quedando cada vez más aislados, a la par que ignorados.
Hoy, por ejemplo, desayunamos con la noticia de que el Ministerio de Fomento, a partir del 1 de enero, va a reducir en un 30% el precio de los peajes de quince autopistas de titularidad estatal, mientras que, en sentido contrario se va a subir un 1,67% el peaje de nuestra autopista del Huerna. Es incuestionable que, una vez más, los políticos, además de ignorar a los asturianos, están abusando manifiestamente, no sólo de los ciudadanos, sino de los transportistas que ya empiezan a hablar de movilizaciones.
Y por si esto fuera poco, en cuanto lleguen las nevadas a la autopista, como debido a los túneles, no se permite el uso de cadenas, aquellos conductores que no lleven ruedas de invierno en sus vehículos, quedarán obligados a dar la vuelta y hacer el viaje a la meseta, por el puerto de Pajares, que sí se puede atravesar con cadenas. En qué cabeza cabe que con nevadas sí se pueda atravesar Pajares y, por el contrario, no se pueda atravesar el Huerna que, como autopista de peaje que es, tiene que poner todos los medios a su alcance para que no se cierre, por grande que sea la nevada.
Si nos referimos a las comunicaciones por ferrocarril ¡qué decir! Tenemos un tren que de Madrid a León circula a 250 KM/h y que a partir de ahí atraviesa las rampas de Pajares a 50 km/h y eso cuando no se cortan las vías varios días o porque nieva mucho, porque hay riesgo de que caigan piedras del monte, o porque se averían las catenarias. Y entre tanto tenemos este transporte ferroviario decimonónico, seguimos esperando a que, en esos túneles que ya han sido abiertos hace más de diez años, se instalen las catenarias y las vías, sean de ancho ibérico, de ancho estándar o del ancho que les dé la gana, pero caramba, ya está bien. Ya produce hartazgo tantos retrasos y tantas promesas incumplidas. Somos la única región española de primer nivel que no está conectada a la red europea.
Si nos referimos al FEVE, mejor ni hablar porque todo el mundo sabe en qué estado se mantienen las conexiones por ferrocarril de vía estrecha. Estoy convencido que lo que el Gobierno pretende es eliminar definitivamente este ferrocarril. Hablar por tanto de corredor ferroviario cantábrico, parece una quimera. ¡cómo podemos aceptar que, por ejemplo, la fábrica Ence de Navia traslade sus productos en camiones, para embarcarlos en el Puerto de Ribadeo, cuando, si dispusiese de la línea férrea adecuada podría embarcarlos en los puertos de Gijón o Avilés!
Si nos referimos a las conexiones aéreas, la situación es desoladora. Aena primero recorta las alas a Asturias eliminando 150 m de pista, con un inexplicable derroche de dinero público, pero es que además a esto se une el hecho de tener los vuelos más caros de España. Por la desidia del Gobierno de la nación y también por la negligencia del Principado de Asturias, se han suprimido o reducido vuelos a Barcelona y alguna otra capital de provincia. Easyjet, Ryanair y Air Berlín han dejado de operar en Asturias. Air Nostrum ha cancelado los enlaces con Bruselas, Málaga y Alicante. Se han eliminado las salidas internacionales a Ginebra, Londres, Frankfort, Roma y Bruselas. Y entre tanto ocurre esto en nuestro aeropuerto, cuando algún partido insta al Principado a que trabaje para recuperar estos vuelos internacionales perdidos, su propuesta no sale adelante por el rotundo no del grupo socialista. ¡cómo podemos entender los asturianos que esos operadores aéreos que han abandonado nuestro aeropuerto, estén operando ahora en el aeropuerto de Parayas de nuestros vecinos de Santander! Nuestros vecinos cántabros tienen doce destinos internacionales, mientras que en Asturias sólo tenemos tres… Lamentable.
Si nos referimos por último a las conexiones marítimas, la situación es igualmente desoladora. Se clausura la autopista del mar Gijón-Nantes Saint Nazaire con la total pasividad del Gobierno y de Puertos del Estado que prefirieron abrir la línea Vigo-Nantes. Por estas decisiones políticamente interesadas se renunció a las conexiones por mar con Francia, Inglaterra (Plymouth) e Irlanda, cercenando de este modo las aspiraciones de que el Musel tuviere una mayor diversificación de sus tráficos de mercancías y de su voluntad de tomar posiciones en el segmento de contenedores y de mercancía rodada. Y todo esto le ocurre al Musel que está sufriendo el fuerte declive de la visita de cruceros turísticos.
Y, siguiendo con aislamiento, también es necesario referirse al aislamiento que sufre gran parte del campo asturiano, al que por absurdos ecologismos, por políticas erráticas y manifiestamente erróneas, se le impide el necesario asentamiento de población, asentamiento que permitiría de una parte el cuidado de los pastos y los montes como anteriormente hacían los vecinos, y de otra el que se montaran pequeñas industrias por ejemplo queseras, pequeñas tiendas, pequeños negocios que, en definitiva, evitarían el despoblamiento, despoblamiento que ya empieza a ser alarmante por el manifiesto envejecimiento de la población asturiana que no hace más que perder habitantes.
Es pues manifiesto el aislamiento de nuestra comunidad tanto por tierra, como por mar y por aire. Y ante esta triste realidad ¿qué están haciendo nuestros políticos? Absolutamente nada que no sea mirar para otro lado, dar todo tipo de excusas y justificaciones, guardarse la ropa y jugar a sus particulares guerras de tronos. Qué triste es ver que, por falta de esa política de altura que los asturianos necesitamos, estamos abocados a un cada vez mayor aislamiento, situación ésta que se agravará aún más con la descarbonización y con la transición energética que se avecina, así como con el progresivo envejecimiento de la población y pérdida de habitantes.
Creo sinceramente que está llegando el momento de que los asturianos empecemos a protestar y a montar una “escandalera” como la que dio nombre a nuestra actual Plaza de la Escandalera.