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Guillermo Díaz Bermejo

A las pruebas me remito

EMPRENDEDORES

Si buscamos en Google “información para emprendedores”, nos vamos a encontrar con aproximadamente 102 millones de resultados. Esta es una exorbitante cifra que, inmediatamente, nos lleva a ver que hay una ingente masa de información y, además, casi siempre, se nos va a decir que, si alguien decide dedicarse a emprender un negocio o un proyecto empresarial, se pueden obtener grandes ingresos y mucho éxito.

Hurgando en muchos de esos resultados de búsqueda, nos topamos con infinidad de informaciones tanto escritas, como de audios y videos que hablan de emprendimiento. Los que nos movemos en ese mundo del emprendimiento, como es el caso de los seniors de Secot y conocemos algo el tema, vemos las fuentes de esa información vertida en la red y nos encontrarnos con desagradables sorpresas, puesto que, en vez de proporcionarnos información, igual con lo que nos encontramos es con una manifiesta desinformación.

A mi juicio, ese desmesurado volumen de información, si no desinformación, nos está conduciendo a una profunda confusión o desorientación, ya que, en primer lugar, no todo el mundo, por mucha formación académica o profesional que tenga, va a estar capacitado para ser emprendedor, aun incluso cuando pueda tener una gran experiencia por haber trabajado por cuenta ajena. En segundo lugar, porque gran parte de esa información que encontremos, no va a tener el suficiente rigor técnico, e incluso puede que, hasta resulte engañosa. En tercer lugar, porque cada tipo de actividad emprendedora, va a requerir de unos métodos y procedimientos que pueden ser totalmente válidos para esa actividad concreta, pero que, probablemente sean inválidos para otro tipo de actividad. En definitiva, no todo sirve para todo.

Para iniciar un negocio por cuenta propia, se requiere de un necesario espíritu emprendedor, que es el que tienen esas personas, dotadas de una particular habilidad o visión para descubrir oportunidades o para desarrollar ideas de negocio y a partir de ellas, se arriesgan a dar el salto y empiezan a planear y ejecutar las acciones necesarias para poner en marcha un proyecto o plan de empresa. Son personas que no tienen miedo a asumir riesgos y se lanzan a la aventura empresarial. En las empresas, hay grandes profesionales entregados a su trabajo, que van ascendiendo escalones y que incluso pueden llegar a los mas altos puestos de las cúpulas directivas, pero, si les falta ese espíritu emprendedor, nunca van a plantearse dejar esa empresa para crear su propio negocio.

Hay que tener por tanto muy claro que, mientras unos deciden desarrollar su vida profesional trabajando por cuenta propia, a cambio de un salario, los que toman la decisión de lanzarse al emprendimiento, lo van a hacer siendo conscientes de que van a enfrentarse a un gran reto, que tendrán muchas dificultades, que asumirán el riesgo de fracasar en su idea de negocio y que pese a ello ,deciden seguir adelante, dedicándose con gran pasión a su proyecto, trabajando muy duro, sacrificando muchas cosas, con un único objetivo cual es el objetivo de conseguir que su negocio se consolide, crezca y tenga éxito.

Y es aquí, en este resultado final del éxito, donde curiosamente, gran parte de las informaciones que podemos encontrar en la red, siempre hablan de aquellos emprendedores exitosos que han triunfado en la vida. Entre tanto se llenan páginas contando la historia de esos grandes triunfadores, curiosamente se informa muy poco de todos aquellos otros emprendedores que fracasaron una, dos y hasta tres o cuatro veces. Parece que eso del fracaso es secundario y sin duda, con este silencio, lo que probablemente se estará consiguiendo, es fabricar una inadecuada propaganda, que lleve a algunos que tienen ideas de negocio poco claras, o mal construidas, a meterse en una aventura que los va a llevar a un fracaso garantizado.

Lo que ha de saberse para iniciar un proyecto, es que hay que tener mucho cuidado en buscar el consejo adecuado, que te lleve a aprender cómo se emprende. Y una vez obtenidos los recursos más adecuados para conseguirlo, habrá que transformar en realidad una previa idea de negocio.  Esta idea de negocio tiene que estar construida en base a los nichos de oportunidad que se pueden encontrar en la sociedad actual, dominada por el mundo de las tecnologías y la sociedad de la información.

El emprendedor no va a encontrar en la red, unas guías concretas que le lleven a seguir un camino que lo conduzca al éxito. Lo que si va a encontrar cuando inicie ese difícil viaje, va a ser mucho trabajo, mucha dedicación, mucho esfuerzo y muchas dificultades que va a encontrar en el camino. Por tanto, va a necesitar mucha resistencia, ser muy persistente y poner mucha pasión en la empresa, para superar todos esos obstáculos. A veces tendrá que sortear dificultades y necesitará improvisar sobre la marcha, pero, aun así, deberá ceñirse al plan previamente establecido, siendo riguroso y exigente.

Para emprender habrán de dejarse atrás esas maneras de ver las cosas como se hacían anteriormente y habrá de empezar a pensar de modo diferente a lo actualmente establecido. Puede que, para eso, en la red se encuentren guías o procedimientos que puede tener en cuenta, pero lo que no se van a encontrar son fórmulas o relaciones de cosas a hacer, como si se tratare de una receta de cocina.

Esas guías que se pueden encontrar y que han de ser convenientemente contrastadas, dirán por dónde se ha de empezar ese difícil camino al emprendimiento. Por tanto, si tengo una idea de negocio, se deberá de definir ¿por dónde empiezo? Y en este primer caso, más que emborracharse con todas las informaciones que se encuentran en la red, quizá sería mas aconsejable contar con el consejo de personas experimentadas como es el caso de los seniors de Secot.

Hay que tener muy en cuenta que tener una buena idea de negocio, no necesariamente va a transformarse en una experiencia de éxito. Ideas de negocio podemos tener muchas, pero serán pocas las que tengan potencial para resultar viables y sobre todo rentables. Ha de quedar muy claro también cual es el modelo de negocio que se desea y los riesgos que se van a asumir derivados tanto del producto o servicio que vas a crear, como de los riesgos de mercado y clientes que vas a tener. Termino diciendo que, toda esa ingente masa de información que existe en la red sobre emprendimiento, igual nos lleva a una total desinformación.

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Sobre el autor

El blog de un jubilado activo dedicado al voluntariado social, permanentemente aprendiendo en materia del derecho de las nuevas tecnologías y crítico con la política y la injusticia social.


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