Primero fueron las autoridades belgas, las que dieron instrucciones a los médicos para que, en caso de ancianos contagiados por coronavirus, no los trasladaran al hospital, sino que los dejaran en sus domicilios para prestarles allí la asistencia médica que precisaran.
Después fueron las autoridades italianas las que elaboraron un protocolo que, por escasez de medios, recogía la instrucción de que los contagiados con menos probabilidades de superar la enfermedad, por causa de su edad avanzada o a patologías preexistentes, fueren relegados de la asistencia médica precisa, debido a la saturación de las unidades de cuidados intensivos. Decía en resumen ese protocolo, que se valoraría a qué enfermos se iba a atender primero y a quienes no.
Ahora, en nuestro país, es la Generalitat de Cataluña la que ha establecido un protocolo similar a los comentados antes y que, a mi juicio, puede llegar a la eutanasia encubierta de los ancianos residentes en Cataluña. De modo concreto, el Servicio de Emergencias Médicas de la Sanidad Pública Autonómica, ha emitido un documento que contiene las instrucciones a seguir, en el tratamiento de los pacientes con coronavirus, mayores de 75 años. En ese documento literalmente se recomienda a los médicos que administren el medicamento Midazolam, que seda a quien padece deficiencias pulmonares.
Conforme a ese protocolo de la Generalitat, si el paciente tiene más de 75 años y si tras quince minutos de tratamiento con mascarilla de oxigenoterapia, no responde adecuadamente, le será retirada esa mascarilla y se le administrará el Midazolam, lo que, como es evidente, llevará al paciente a la sedación y a la muerte.
En conclusión, bajo el eufemismo de “limitar el esfuerzo terapéutico”, o lo que es lo mismo, no prestar la necesaria atención médica a los mas débiles, para dedicar los esfuerzos a atender a las personas mas sanas, lo que se está haciendo es obligar a los profesionales de la medicina a elegir entre salvar al paciente o a “plantear la limitación del esfuerzo terapéutico, por el bien del paciente”.
En esta situación, es triste pensar en esas personas mayores que al conocer estas noticias, estarán viviendo aterrorizados ante la perspectiva de que, si resultan contagiados por el coronavirus, inexorablemente quedarán condenados a muerte, ya que, en vez de prestarles atención, van a ser sedados y abandonados a su suerte.
¡¡ qué falta de humanidad!! ¡¡qué mal!!