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Guillermo Díaz Bermejo

A las pruebas me remito

FALACIA POLITICA

Una falacia es un argumento que parece válido, pero que en realidad no lo es. Si bien es cierto que algunas argumentaciones falaces pueden realizarse por descuido o ignorancia, en la mayor parte de los casos, se utilizan de modo intencionado, para tratar de persuadir o manipular a los ciudadanos. Es cierto también que hay argumentos falaces que resultan muy difíciles de detectar, porque son muy sutiles, persuasivos, coherentes e incluso atractivos.

Nuestros políticos, como hemos tenido ocasión de ver estos días, en que todos estamos confinados en nuestras casas, están utilizando de modo reiterado, todo tipo de argumentos falaces, por no decir tramposos o mentirosos. En el propio Parlamento, cuando se debatía sobre la continuidad del estado de alarma, unos y otros, en todo el arco parlamentario, estuvieron utilizando argumentos falaces. Lo mismo ocurre en esas largas y tediosas comparecencias de algunos dirigentes políticos, que padecemos todos los días, donde, de modo reiterado, utilizando todo tipo de justificaciones, manifiestan que tenemos que estar unidos, que tenemos que evitar las críticas, que tenemos que ser responsables y otras muchas manidas frases hechas, que probablemente pueden ser verdad, pero sólo de modo parcial.

Es verdad, que en estos momentos tan extraordinariamente difíciles que estamos viviendo, lo prioritario es frenar la pandemia y todos los esfuerzos han de dirigirse hacia ese objetivo. Pero esto, en modo alguno ha de interpretarse como que no puedan criticarse las medidas que se van adoptando, ya que, si esta crítica no fuere aceptada, lisa y llanamente estaríamos viviendo en un sistema político autoritario, que, por lo que observo, es al que algún ministro quiere llevarnos.

Podemos estar de acuerdo en que la situación es terriblemente compleja y que no debe de ser nada fácil para el gobierno, tomar decisiones de confinamiento, que implican muy graves perjuicios económicos, tanto para los ciudadanos como para las propias empresas. Asumiendo que no es nada fácil para nadie, la pregunta que me hago es, teniendo como ya teníamos información desde dos meses atrás, tanto de la OMS, como de la pandemia que se estaba produciendo en China, o de lo que sabíamos un mes antes de lo que estaba pasando en Italia, ¿no pudo preverse lo que nos podía llegar? ¿no hubiere sido el momento de empezar a tomar algunas medidas de prevención, y entre ellas la de ir haciendo acopio de material sanitario o los test que podían ser decisivos. Algunos países como es el caso de la República Checa lo hicieron y los resultados ahí están.

Uno de los argumentos que utiliza el gobierno todos los días, es que no hacen mas que seguir las instrucciones de los expertos. Y si esto es cierto y no una falacia, si las decisiones las toman los expertos, la pregunta que me hago es ¿para qué queremos un gobierno? Pienso, por tanto, que, si de verdad creen lo que dicen, lo razonable es que se confinen en sus residencias y que dejen a los técnicos que hagan su trabajo, pero con un matiz y es que estos técnicos han de ser “independientes” y no afines al gobierno de turno.

Otra argumentación falaz que utilizan es que el gobierno está haciendo lo mismo que otros países del entorno. Por tanto, como dice el refrán… mal de muchos, consuelo de tontos. Y digo que es un argumento también falaz, porque otros países han actuado con mayor rapidez y eficacia y con ello han conseguido que las consecuencias de la pandemia, sean menores que las nuestras. Estoy pensando en Corea del Sur.

Esta grave crisis tiene que servirnos para reflexionar. Nos ha pillado con un gobierno débil, como consecuencia de verse obligado a gobernar en minoría, con el apoyo de socios populistas e independentista. Nos ha pillado con unos partidos de la oposición interesados sólo en la confrontación, pero sin sentido de estado o sin aportación de ideas de calado Mientras unos chillan argumentando que el capitalismo es el responsable de la crisis, y hablan a golpe de twitt, de la función social de la propiedad, otros argumentan que una pseudo dictadura de izquierdas nos va a llevar a la ruina. Pero, como se dice vulgarmente, unos por otros, la casa sin barrer.

Termino por tanto diciendo: señores políticos, dejen a un lado las falacias, tengan criterio, den un paso a un lado y dejen que los técnicos y los profesionales hagan su trabajo, que ellos sí que saben cómo hacerlo para conseguir resultados. Esas falacias, bulos y medias verdades, tienen que terminar de una vez por todas. Los ciudadanos, una vez que salgamos de esta crisis, se lo vamos a exigir.

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Sobre el autor

El blog de un jubilado activo dedicado al voluntariado social, permanentemente aprendiendo en materia del derecho de las nuevas tecnologías y crítico con la política y la injusticia social.


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