Empiezo estas elucubraciones, reflexiones o simples pensamientos, en el bien entendido que, se trata de opiniones personales, que en algún caso no se pueden contrastar, al no disponer de datos fehacientes que permitan hacer afirmaciones válidas. Parto del dato que sabemos a ciencia cierta, cual es que el coronavirus generador de la grave pandemia que sufrimos, nació en Wuhan donde se construyó un super laboratorio, llamado Instituto de Microbiología de Buhan, que es el principal centro de investigación virológica de China, donde se estudian las enfermedades más contagiosas y peligrosas, como son el ébola o el sars y donde, según parece, se creó el mortífero virus.
Este centro chino, tiene el código P4 que indica el máximo nivel de seguridad y curiosamente fue diseñado por ingenieros franceses, utilizando la misma tecnología y equipamientos que el laboratorio P4 instalado en la ciudad francesa de Lyon. Expertos franceses, además del diseño del centro, establecieron los estándares de seguridad y se ocuparon de la formación del personal. Se sabe también, por lo que he visto, que Wuhan tiene estrechos lazos de colaboración con el Laboratorio Nacional de Galveston en Texas.
Por lo que parece, el dueño real del Instituto Buhan, no es chino, sino GSK, compañía líder mundial en investigación farmacéutica. Según la clasificación de la revista Forbes, GSK es la sexta compañía farmacéutica más grande del mundo. GSK es el resultado de la fusión de Glaxo y Smithkline. Sus productos abarcan una gran parte en el campo de la farmacia y en 2014 adquirió la unidad de vacunas de Novartis y de OTC, tomando el control sobre las mismas. Pocos años antes, GSK había unido su área de VIH a la de la compañía Pfizer que es la única empresa farmacéutica del mundo, dedicada al 100% al VIH.
Pfizer es una empresa farmacéutica estadounidense con sede en Nueva York, que después de diferentes fusiones con otras sociedades, se transformó en un líder mundial en el sector farmacéutico. En mayo de 2020 Pfizer comenzó a preparar cuatro variantes diferentes de vacuna para poner fin a la pandemia y lo hace trabajando junto a BionTech, empresa farmacéutica y biotecnológica, con sede en Alemania y sucursal en Nueva York.
Tras analizar la relación entre estas gigantes farmacéuticas, voy a continuar ahora mis elucubraciones interrelacionandolas con grandes inversores mundiales y en esta línea empiezo hablando de BlackRock que tiene su sede central en Nueva York y que es considerada como la más grande del mundo en gestión de activos, llegando en 2016 a gestionar más de 5,1 billones de dólares. Esta sociedad, es considerada como una entidad que ejerce mucha presión política tanto en EEUU como en Europa, valiéndose para ello de la contratación de antiguos altos cargos de gobiernos y bancos centrales. Y lo que más destaca es que tiene accionariado en algunas de las principales agencias de rating como son Moody’s o McGraw-Hill.
Curiosamente, BlakRock es la que gestiona los fondos de la sociedad abierta SOROS, cuyo propietario es el multimillonario George Soros, que invierte cada año miles de millones, para influir en los procesos y las élites políticas de las democracias especialmente europeas. En realidad, pretende erosionar las democracias occidentales para conseguir su control y así obtener beneficios.
Esta sociedad abierta, según parece, tiene intereses en Axa, multinacional aseguradora francesa y que es considerada como una de las más grandes del mundo, al igual que antes los tenía en Winterthur, absorbida por AXA tras su compra al Credit Suisse. Y, qué casualidad, parece que es la francesa AXA, quien financió la construcción del laboratorio chino que, después, accidentalmente, es comprado por otro gigante asegurador y financiero, como es el Grupo Allianz, que, casualmente tiene como accionista a The Vanguard Group, que es el mayor gestor de fondos de inversión del mundo y que es a su vez accionista de BlackRok, que controla bancos centrales, que gestiona el 1/3 de la inversión mundial, y que también por casualidad es gran accionista de Pficer, entidad esta que es la primera patrocinadora de la OMS.
Tras lo expuesto, creo que el círculo vicioso se ha cerrado. Pienso que nos encontramos frente a un gigantesco “negocio del miedo”, en el que se juega con los ciudadanos, para que muchos grandes laboratorios, interrelacionados entre sí, se forren, al igual que antes ya ocurrió con las vacunas del Evola, gripe aviar u otras pandemias. Igual estoy equivocado.