Hace unos días vi una entrevista que le hacían a Alfonso Guerra, donde dijo abiertamente que el PSOE de hoy es otro partido y que, por el bien de todos, era necesario volver al anterior. Se quejaba también de que no había sido invitado al acto socialista que iba a tener lugar en Sevilla. El propio expresidente González también manifestó que se sentía dolido por cómo se habían hecho las cosas con Guerra y con otros miembros del socialismo del año 82,

En el acto de homenaje a los 40 años de la rotunda victoria del PSOE en las elecciones de 1982, en la intervención que tuvo Felipe González, no todo fueron halagos al gobierno de Sánchez. Se dio la circunstancia además de que la ausencia de Alfonso Guerra y de los barones socialistas, empeñó muy mucho el acto de celebración de la victoria.  Los varones socialistas consideraron que este acto había sido convocado para honor y gloria de Pedro Sánchez y por eso habían asistido nueve ministros y otros muchos miembros del gabinete de Sánchez.

A toro pasado, tal y como ha discurrido y se ha organizado ese acto de Sevilla, estoy convencido que Pedro Sánchez ha intentado adueñarse de esa victoria socialista en las elecciones del 82. Pero, al menos yo, tengo más que claro que primero Zapatero y ahora Sánchez con más ahínco, están traicionado de modo manifiesto aquel socialismo de González y han convertido al PSOE actual en un irreconocible partido que, saltando todas las barreras, se permite gobernar en coalición con Podemos e Izquierda Unida, se permite pactar con los terroristas de EH Bildu o con los golpistas catalanes.

Y mantengo esta afirmación porque, incluso antes de ganar las elecciones, Felipe González al frente del PSOE había renunciado abiertamente el marxismo y había colocado a su partido en el terreno de la socialdemocracia, algo que se estuvo manteniendo durante todos aquellos largos años en que gobernó Felipe González. Tras la brutal caída de UCD, el PSOE se colocó en el centro izquierda y Felipe González tomó la decisión de convocar elecciones, en vez de gobernar en minoría con 159 diputados.

En ese periodo, España se modernizo, se impulsó el estado del bienestar, que fue avanzando de modo progresivo y se perfeccionó con el transcurso del tiempo. Como advirtió el propio Guerra, su gran error fue no ver cómo los nacionalistas sólo trataban de dividir España para obtener sus propios beneficios.

Pasados sus muchos años de mandato, llegó a la presidencia Aznar y mas tarde desembarcó Zapatero que con su enorme simplismo y falta de rigor, quiso empezar todo desde cero. Destruyó de modo manifiesto todos los grandes consensos y acuerdos que se habían alcanzado en una modélica transición, entregando abiertamente la llave de España a los partidos nacionalistas. De modo rápido aprobaba cualquier ocurrencia, aunque careciese del mínimo rigor. En ese nefasto gobierno, apareció el dislate de la ley de memoria histórica que lo que consiguió fue echar por tierra toda la anterior política de reconciliación, tras finalizar la dictadura.

Aparece después nuestro actual presidente y contrariamente a lo que había hecho Felipe González, decide gobernar en minoría y además lo hace saltando todas esas líneas rojas que el mismo se había marcado en su campaña electoral. Decide gobernar coaligado con Podemos y pacta con EH Bildu, con Ezquerra y con el propio diablo si fuere necesario. Con estas decisiones destruyó totalmente aquel PSOE socialdemócrata y empezó a lavar la cara de los herederos de ETA, a normalizar el radicalismo de Podemos y a poner la unidad de España en manos de sus enemigos, desde el momento en que cede al País Vasco la gestión de las prisiones, para así facilitar el acercamiento de los presos.

Además de eso, dividió a España en dos con la Ley de Memoria con la que el actual presidente pretende eliminar del sistema a quien pueda ganarle los comicios, mientras siga gobernando con las fuerzas antisistema que tenemos en España.

¿estoy equivocado? Los lectores tienen la palabra.