En estos últimos días, todos los medios de comunicación se están haciendo eco de la opa hostil lanzada por el BBVA sobre el Sabadell, maniobra esta que, sin lugar a duda, da una vuelta de tuerca mas a la concentración bancaria que se ha venido produciendo en España, de modo incesante.
No hace muchos años, teníamos del orden de cien bancos y cajas de ahorro operando en nuestro mercado y en este escenario, primero se produjo la desaparición de la banca pública. Después, tras la crisis económica que sufrimos en 2018, fueron desapareciendo Cajas de Ahorro y quedaron sólo catorce entidades bancarias. Siguieron los procesos de fusión y absorción y hoy en día, tras la fusión de Liberbank y Unicaja, de Bankia con CaixaBank y ahora con la antedicha opa del BBVA, vamos camino de tener sólo tres gigantes bancarios, algo que nos llevaría a que España sería el país de la UE con mayor concentración bancaria.
Creo que, a estos grandes bancos, más que el mercado español en sí, les interesa el mercado global y esto, sin duda, puede llevarnos al grave riesgo de los “bancos sistémicos”, debido a su gran tamaño y a sus fuertes conexiones con el sistema financiero mundial y este riesgo sistémico, puede representar un problema de muy difícil pronóstico. Estoy convencido que en este momento ya estamos en una clara oligopolización bancaria
Como todo el mundo se puede imaginar, con unos pocos bancos compitiendo en el mercado, será fácil que lleguen a una colusión de intereses que, a todas luces, a quien va a afectar, es a los clientes que vamos a resultar enormemente perjudicados con comisiones bancarias de todo tipo, con escasas retribuciones por el dinero depositado, así como con la fuerte reducción de las sucursales próximas al cliente. Sufrirán las consecuencias igualmente, las pequeñas empresas, al reducirse el volumen de créditos, a la vez que se endurecen las condiciones para su concesión. Y esto no lo digo yo, sino el propio BBVA que reconoce en un informe que “la consolidación de entidades grandes, lleva a un menor grado de competencia entre estas entidades de mayor tamaño”.
A todos estos problemas, han de añadirse los derivados de la brecha digital, ya que muchas personas de cierta edad, tras el cierre de muchas sucursales que tenían próximas, van a verse obligados a adaptarse a instrumentos tecnológicos para acceder a los servicios que la banca ofrece telemáticamente, para suplir así el cierre de muchas sucursales. Además de eso, los clientes, tanto por el cierre de sucursales, como por la falta de competencia entre las entidades, vamos a sufrir las consecuencias y no podremos encontrar mejores condiciones entre una entidad u otra.
Cuando en 2008 se escuchaba “es demasiado grande para caer”, hoy esos bancos que eran demasiado grandes para fracasar, aun son más grandes y probablemente serán aún mayores cuando, como se está viendo, probablemente sólo quedarán tres. Como consecuencia, al concentrarse todo el negocio en unas pocas entidades, todo será más fácil, tanto para la colusión bancaria, como para que tanto el gobierno español como el Banco Central Europeo, tomen medidas fáciles de aplicar a unas pocas entidades.
Creo que no es ciencia ficción si digo que, si se produjere otro colapso financiero, a la autoridad bancaria le resultaría facilísimo dirigir una orden a esos cinco grandes bancos de ahora y tres pronto, para que, por ejemplo, bloquearan todos o parte de los depósitos bancarios. Con muchas entidades operando, esto no sería tan fácil, ya que los clientes podrían moverse de una a otra, pero con unos pocos megabancos, unas pocas llamadas telefónicas serían suficientes para bloquear el sistema por completo. Creo que no es una historia de ciencia ficción, sobre cosas que pueden suceder en el futuro. Esto ya ha sucedido en algún corralito financiero. Miedo me da la manifiesta oligopolización bancaria que se está creando.