En la organización a la que pertenezco, Secot, un nutrido grupo de seniors profesionales, directivos y empresarios, que hemos finalizado nuestra actividad laboral, venimos ofreciendo de modo altruista, nuestra experiencia y conocimientos en gestión empresarial o académica, para ayudar a emprendedores y a otras organizaciones que lo necesiten.

Antes de la llegada de la pandemia, realizábamos casi todas nuestras actividades de modo presencial en nuestras oficinas, pero, tras los confinamientos y las difíciles situaciones que hemos vivido, decidimos pegar un giro a nuestras actividades, nos formamos y de modo acelerado, nos adaptamos a las nuevas tecnologías y a los nuevos entornos, para seguir prestando nuestros servicios de modo telemático.

Al igual que el trabajo a distancia aportó muchas ventajas a las empresas, a nosotros, este voluntariado a distancia que empezamos a realizar, también nos permitió seguir prestando nuestros servicios altruistas a todas aquellas personas y organizaciones que acudieron en busca de nuestra ayuda.  No obstante, esto, aun reconociendo las muchas ventajas, a medida que ha ido transcurriendo el tiempo, hemos podido apreciar que también existen ciertos inconvenientes.

En los momentos actuales, estamos realizando un voluntariado híbrido y nuestra dedicación se desarrolla en gran medida en nuestros hogares y en menor intensidad en la oficina, algo que, por lo que estamos viendo, puede estar afectando de modo inadvertido, al grado de compromiso y dedicación de los seniors, que, por la nueva situación que genera el asesoramiento telemático, han perdido el contacto presencial con sus compañeros.

Estamos apreciando que algunos seniors empiezan a sentirse incómodos con el asesoramiento a distancia, desde el momento en que se ha perdido la oportunidad de compartir, además de dedicación al servicio que prestamos, la charla amigable con los compañeros en la que se socializa y se comparten cuestiones, que van más allá de la propia actividad de voluntariado que realizamos.

Esto que nos está ocurriendo a nosotros, por lo que veo, también empieza a ocurrir en las empresas y esto hace que muchas de ellas se estén replanteando sus planes de trabajo a distancia, ya que la progresión profesional de muchos de sus empleados, puede verse afectada por el trabajo a distancia y por ello, es necesario reducir los problemas que están generando los largos periodos de trabajo desde casa.

En Secot, para tratar de seguir manteniendo el compromiso de ese senior que ya no va a la oficina, lo que estamos haciendo es realizar, al menos un día a la semana, tertulias virtuales, en las que, sin agenda previa, en vez de hablar de las actividades que realizamos en el día a día, charlamos, igual que antes hacíamos en el bar al salir de la oficina, de las cosas que hacemos, de los viajes que pensamos realizar, del deporte que practicamos, de las consabidas peleas futbolísticas, etc.etc.

Esto, a nuestro juicio es muy importante, sobre todo, para los seniors recientemente incorporados, que necesitan establecer la necesaria relación personal, de colegas, que en el mundo virtual es más difícil de realizar.

Realizar televoluntariado sí, por supuesto, pero sin olvidar que mucho tiempo sin contacto presencial, puede provocar aislamiento y reducción importante de la capacidad de compromiso que antes demostrábamos cuando trabajábamos codo a codo.  Igualmente, es necesario vigilar y estar atentos a ese tiempo que dedicamos a nuestro voluntariado desde casa y que, por lo que podemos apreciar, es muy superior al que invertíamos en la actividad presencial. Es necesario poner límites entre el voluntariado y la vida personal para que todo esté correctamente equilibrado.