Es incuestionable que la principal misión de nuestro gobierno habría de ser la de gobernar pensando en los ciudadanos, para protegernos y ayudarnos convenientemente, para gestionar adecuadamente nuestra economía, para salvaguardar todos nuestros derechos y libertades, y también para mantener nuestro estado de derecho.
Aun con estas premisas, en este momento, la realidad es que los ciudadanos hemos perdido poder adquisitivo, que hay empleo precario y que, aunque sea difícil de reconocer, avanzamos de modo rápido hacia una desaceleración, que probablemente nos llevará a una estanflación. En este momento España es el único país de la Unión Europea que no ha alcanzado el nivel de PIB anterior a la pandemia y esto nos lleva a ocupar el puesto 25 de los países desarrollados.
En el pasado mes de junio, nuestra deuda pública ha crecido, pasando a 1.475,392 millones. Esto nos ha llevado a que la deuda sea del 116,83% del PIB y que la deuda per cápita sea de 31.105€. En lo que va de año nuestra deuda ha crecido 1.004€ por habitante. Estos datos nos llevan a que España esté en el ranking mundial de Deuda Pública, estando en la cabeza de los países con más deuda pública del mundo.
El consumo de los hogares se ha visto negativamente afectado por el incremento de los precios, y por la enorme presión de la luz, el gas y los combustibles. La evolución a corto plazo es a la baja y es posible un escenario de restricción de gas. Además, se sospecha que la inflación seguirá siendo elevada a pesar de las pocas medidas tomadas y podría llegar a enquistarse, algo que hará difícil su pronta reducción.
Si ahora entramos en nuestros derechos y libertades, podremos ver que estas, han sido limitadas y restringidas por dos estados de alarma que posteriormente han sido declarados inconstitucionales por nuestro Tribunal Constitucional. Sencillamente con la excusa de proteger a los ciudadanos, se han vulnerado nuestros derechos y libertades. Igualmente se clausuró el Congreso de los diputados, cuya decisión también fue declarada inconstitucional Los trabajadores autónomos fueron secuestrados en sus casas y se les prohibió trabajar, pero, el tiempo pasa y nadie los ha indemnizado por haberles secuestrado su derecho al trabajo.
En este momento, a mi juicio, a base de Decretos y Decretos Leyes se está llegando a una desproporcionada concentración de poder en el gobierno, concentración que es mas propia de cualquier dictadura. Se secuestra la independencia de la Fiscalía, del Poder Judicial o del propio Tribunal Constitucional, Además, por ejemplo, se secuestra la Secretaría General del Estado, el CIS, Indra, o cuando una institución no puede ser asaltada como por ejemplo ocurrió en el Bando de España, se pretendió desacreditar a su gobernador,
Vemos también que este gobierno, de modo descarado, para mantenerse en el poder, blanquea a los miembros de ETA dejando abandonadas a las víctimas del terrorismo, o en el caso de Cataluña, permite que el castellano salga de las escuelas y ahora, por si esto no fuere poco, todos podemos ver que se está cociendo la amnistía de los políticos condenados en Andalucía.
Mientras que piden a la ciudadanía que apaguemos luces o no pongamos aire acondicionado, una ministra y sus amigas utilizan el falcon para irse a Nueva York a unas vacaciones pagadas por todos los ciudadanos, al igual que lo hace nuestro presidente, además del falcon, se vale también del superpuma, para ir a hacerse una foto delante de los incendios.
Este gobierno nos está ocultando también, que los ingresos tributarios se siguen incrementando por el efecto del IVA recaudado por los productos inflacionados, llegando incluso a triplicarse la recaudación y por cada tres euros que recauda de más, el gobierno sólo devuelve uno a los españoles. El resto se lo quedan para seguir manteniendo una mastodóntica estructura ministerial que está derrochando sin parar.
En vez de exigir a los ciudadanos que nos apretemos el cinturón, por qué no se aplican serios recortes en ministerios (muchos de ellos inútiles) asesores y chiringuitos varios. Está mas que claro que los ciudadanos no necesitamos que el gobierno nos proteja. Lo que necesitamos de verdad es que los ciudadanos nos protejamos de un gobierno que es una seria amenaza para nuestro país.