EUROVEGAS

            El pasado viernes supimos que Eurovegas, el nuevo complejo de juego que pretende ser el centro de ocio de adultos para toda Europa, se va a instalar en Alcorcón, Madrid, España, para más señas.

            Desde entonces, solamente he oído críticas. Que si se va a favorecer la prostitución (como si saliendo de Oviedo a Santander no hubiera cien clubs donde se practica a diario, como si en los alrededores de Gijón o de Mieres no existiera) que si va a crear empleo precario (en un lugar donde no hay empleo, si alguien lo trae, bienvenido sea, con independencia del apellido que se le dé), que si las mafias internacionales vendrán a acampar a España (creo recordar quela Costadel Sol ya era un paraíso para ellos sin que nadie pusiera el grito en el cielo), o que si se va a poder fumar en los locales (todos somos mayorcitos para escoger, con cargo a nuestra libertad, si entramos o no en un sitio).

            Pero no he oído nada bueno. Nada acerca de los 250.000 puestos de trabajo (sí, han oído bien) que se van a crear, nada acerca de los 14 millones de euros en impuestos anuales que va a cobrar el estado o los 2.5 millones que recibirán las desérticas cajas dela Comunidadde Madrid, la más endeudada de España. Nada acerca de los hoteles que se construirán en sus alrededores, nada acerca de las carreteras de acceso que el propio Adelson se ofrece a pagar. Nada acerca de que, cuando usted entra en uno de sus casinos, a la puerta tiene un centro en el que se curan las adicciones al juego si usted se considera un enfermo (inaudita y poco habitual forma de salud ajena contra el propio negocio), nada acerca de las donaciones de Shelton Adelson a organizaciones benéficas, materializando solamente en el magnate la imagen del demonio.

            Pues qué quieren que les diga. A mí me encanta la idea. Me gusta que un señor venga a gastar dieciséis ml quinientos millones de euros (me cuesta imaginar esa cantidad) en un país al que acucia la mayor crisis desde que tenemos memoria. Que vaya a crear un cuarto de millón de puestos de trabajo en los que, con independencia del convenio colectivo que se les aplique, la gente gana tanto en propinas como en salario, y, a día de hoy, ganan más que los Arquitectos o Abogados. Que traiga turistas de toda Europa al Sur del Sur, para que no solamente conozcan el Casino, sino que visiten el Prado, el acueducto de Segovia ola SagradaFamilia.Cientos de miles de europeos que vengan a traernos su dinero.

            Les cuento una cosa. Yo viajo, por motivos de trabajo, casi todos los meses a Milán. En el aeropuerto de Bergamo, un lugar borrado de los mapas de no ser por Ryanair, y cuyo casco histórico era una gloria desconocida hasta hace diez años, se ha construido un macro mall al cual llegan turistas de toda Europa. Se criticó mucho su construcción. Se dijo que traería un turismo de compra diaria, promovido por la aerolínea de bajo coste y que no abundaría en la riqueza del lugar. Ahora han decidido abrirlo los domingos y 18 horas diarias por semana. Los comerciantes de la zona ven en ese aeropuerto y en ese mall su futuro. Bergamo no era nada. Era una preciosa ciudad desconocida en la que uno ni se quedaba a dormir. Ahora cuento más de 30 hoteles.

            Adelson tendrá sus defectos, no lo dudo. Es un empresario y viene a ganar dinero, pero eso es legítimo. Si, mientras gana dinero da trabajo a muchos de nuestros compatriotas, genera turismo, paga impuestos, y dona dinero a organizaciones benéficas del lugar donde trabaja (como hace en Singapur), déjenme que dude de sus defectos o que pida defectos similares a los empresarios locales. Si en vez de Alcorcón, quiere venir a Oviedo o a Gijón, yo pago la alfombra roja, y por favor, que le pongan inmediatamente una plaza.