NUEVOS AIRES
El pasado sábadola PolicíaLocalde Oviedo presentaba en público sus nuevos vehículos. Son vehículos adaptados a la realidad de los tiempos que vivimos, más útiles para su labor, que contaminan menos, que gastan menos combustible …
Mientras tanto, un señor, con una insistencia a prueba de cualquier racionalidad, gritaba constantemente en la plaza del Ayuntamiento que no había que comprar vehículos nuevos, pues la situación del país no lo permitía. Tantas veces le escuché que casi se le daba la razón con tal de que se fuera. Pero no, no puedo estar de acuerdo con él. Una cosa es que la cosa esté fatal, que lo está, y otra que nuestra Policía, la encargada de que nuestros hogares sean sitios seguros, tenga que perseguir a los delincuentes en diligencia.
Más allá de los coches, que eran bonitos y sin duda serán útiles, los nuevos vehículos son una metáfora de la renovación del Cuerpo. Un cuerpo que, en los próximos dos años, incorporará una treintena de nuevos profesionales.
El concejal del área tiene menos de cuarenta años. El nuevo jefe de Policía, hombre de experiencia sobrada en el cuerpo, frisa la cincuentena, y, por ello, le quedan unos veinte años de buen servicio profesional. El ambiente ha cambiado. Aquella crispación que algunos conocimos (no quiero hablar de motivos, pues cuando las cosas no gustan y se quedan en el pasado, allá están bien) parece haberse olvidado y el hecho de que un oficial de Policía te indique una dirección con una sonrisa cambia una ciudad y la percepción que se tiene de ella.
No sé si habrá sido la terapia de choque. La de la realidad más cruda de tiempos no tan bonitos en los que las cosas andaban de otro modo. Y eso era culpa de todos, porque en un sitio tan ejemplar como nuestra Policía Local no puede tener “familias”. Pero ahora todos parecen haber aprendido de los errores. Y los nuevos tiempos traen nuevos aires. Y los nuevos aires son positivos. Da igual que los coches sean nuevos o no. El caso es que sea nuevo el modo de hacer las cosas, y parece que en eso sí se ha ensayado, y la función va a tener éxito.
Suerte a la juventud, que a la vejez ya nos llegarán las viruelas. Quienes toman las riendas (técnicos y políticos), tienen capacidad para hacerlo bien. Y la fortuna ayuda a los audaces.
Cuando cierro la puerta de mi casa, quiero saber que, quienes patrullan esa noche, nos van a tener protegidos. Capacidad, juventud – experiencia, y ganas de hacer su trabajo, suelen ser elementos de un cóctel de éxito.