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Iván de Santiago González

Lecturas Voluntarias

EL CORRALITO CHIRPRIOTA

EL CORRALITO CHIPRIOTA Y EL PELIGRO DE CONTAGIO PSICOLÓGICO

 

         El pasado sábado nuestros vecinos de Chipre, ciudadanos comunitarios como nosotros hace ya varios años, aunque usted no se lo crea o quizá no lo recuerde, se levantaron con un enorme susto en el cuerpo.La UniónEuropeaaceptaba el rescate solicitado por su gobierno, pero, a cambio, dado que la cosa cada día se pone más difícil,  imponía severas medidas al país, y, entre ellas, imponía un “corralito bancario” – es decir, que se suspendían las retiradas de efectivo y las transferencias por el miedo a la fuga de capitales – y se penalizaba a los ciudadanos con la pérdida del 10 % de sus depósitos.

Así que, a quien esperaba levantarse una mañana casi de primavera y darse una vuelta por el parque, o irse a jugar al padel con los amigos, se le atragantó la tostada. Los bancos chipriotas abren los sábados, así que casi al instante se formaron inmensas colas de ciudadanos indignados que querían llevárselo todo, precisamente lo que impedía la nueva normativa dela Unión, así que el caos fue inmediato. La gente no encontraba explicación a que no le dieran dinero, pero, cuando, a mayor abundamiento, le comunicaron que el 10 % de lo que tenía el día anterior ya no le pertenecía, la cosa se puso mucho más fea. Y el chipriota no es conocido por su calma y capacidad negociadora, sino más bien por tirar un banco de la calle contra la luna del banco ante la menor incertidumbre. El resto, se lo imaginan o lo han visto.

 

         Desde que tienen lugar intervenciones enla UniónEuropea, ésta ha sido la más dura. Pero también es cierto que cada vez hay más vías de agua y menos marineros para achicar. El problema ya no es solo lo que de verdad ocurra, sino el miedo.

 

         El miedo y el amor son los dos sentimientos más fuertes que asolan a los humanos. En situaciones extremas de cualquiera de ellos se pueden hacer locuras. Y si bien en España hemos estado mucho peor (solamente pensar ahora en una prima de riesgo de 600 nos eriza la piel), lo cierto es que la gente empieza a comentar en la taberna, en el gimnasio, a la salida dela Iglesia, que los bancos no son un sitio seguro.

 

         Hace tiempo que digo que no es cierto. Que el sistema bancario español es de los más sólidos del mundo y que precisamente las ayudas a la banca, esas que tan poco han gustado, han conseguido reforzarlo. Pero una cosa es lo que diga la razón, o el abogado, en este caso, y otra lo que hace la gente.

 

         Hace ya más de tres años que asesoro a clientes que desean llevarse dinero a Suiza. Dinero legal, ganado con su trabajo, que notifican al Estado Español, por el que pagan sus impuestos, pero que se resisten a tener en nuestros bancos. La gente sigue creyendo, razonadamente o no, que en Suiza ocurrirá antes un terremoto que un corralito.

 

         En enero de este año,la AgenciaTributaria, ante la sangría de capitales (insisto, legales pero que no quieren dormir en la cama que ofrece el Estado español por medio de su sistema bancario) reforzó los niveles de información que hay que otorgar y amplió las sanciones para el supuesto de información errónea u ocultación.

 

         Esto ha dado lugar a un cierto parón en la salida de capital. El tiempo justo para que los abogados estudiemos bien las nuevas exigencias y el sistema vuelva a fluir. Por mucho que le digamos a nuestros clientes que estén tranquilos, nosotros no somos dormidina, y las cuitas de los cerebros que no descansan causan estragos a la mañana siguiente.

 

         Ayer mismo, un cliente al que invité a aguardar un tiempo mientras se clarificaban las nuevas obligaciones que exigela AgenciaTributariame urgía una solución, con el ejemplo de Chipre. Y me decía: “tengo dos opciones: cubro los tres mil papeles que me pide Hacienda y duermo tranquilo, o cualquier día me levanto tirando un banco del Parque de Isabella Católicacontra el BBVA. En esta tesitura, prefiero la primera opción.”

 

         Creo que aquí nunca nos va a pasar nada similar. Al ya conocido, “España no es Grecia, o España no es Portugal, o Irlanda”, ahora añadiremos que no somos Chipre. Pero es que, sinceramente, no lo somos. Lo estamos pasando mal, pero estamos a años luz.

 

         El problema es el contagio psicológico, no el real. Pero los embarazos psicológicos, en ocasiones, privan de la menstruación, alteran el sueño y hacen crecer la tripa.

 

         Espero que no lleguemos a tanto.

 

 

                                                        blog.elcomercio.es/ivandesantiago/

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Sobre el autor

Abogado y escritor. Grafólogo. Presidente de la Sociedad Asturiana de Grafología. Profesor de la Escuela de Práctica Jurídica y del Máster en Abogacía de la Universidad de Oviedo. Autor de cinco novelas publicadas y ganador de varios premios de relato. Exconcejal del Ayuntamiento de Oviedo en el período 2007-2011.


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