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Iván de Santiago González

Lecturas Voluntarias

¿OTRA VEZ A AVERGONZARNOS ?

¿OTRA VEZ A AVERGONZARNOS?

En casi veinte años de profesión jurídica uno ha aprendido que las decisiones judiciales no se comentan. Se asumen o se recurren. Y siempre son correctas, porque justas o no, son conformes a derecho, y eso es la justicia en nuestros tiempos y en nuestros códigos.

Pues bien, nos guste o no, el Tribunal Superior de Justicia de Asturias ha estimado el recurso interpuesto por un sindicato de trabajadores de Cajastur contra la denegación, por parte de Delegación de Gobierno, de una autorización para manifestarse en la Plaza de la Escandalera el próximo 25 de octubre de 17 a 19 horas, es decir, coincidiendo en fecha y horario con la entrega de los Premios Príncipe de Asturias.

Hace ahora un año escribí un artículo titulado “¿Indignados?” en el que criticaba abiertamente la actitud de los que se concentraron en La Escandalera insultando a todo el que se encontraba a menos de trescientos metros con ocasión de la entrega de los Príncipe del año pasado. Me llovieron bastantes golpes de aquella. Si creían que me iban a callar, estaban equivocados. Vuelvo con más fuerza, incluso a riesgo de la tormenta.

Resulta que la convocatoria la hace un sindicato de trabajadores mientras otros dos, los mayoritarios (UGT y CCOO) han llegado a un acuerdo con la dirección. Y la convocan con consciencia de su fecha y hora y con nocturnidad. Lo hacen por lo que lo hacen, para buscar una presencia mediática que no tendrían de ningún otro modo. Lo que no saben es que a nadie le importa su reivindicación. Ese día es el día de la Fiesta de los Príncipe de Asturias, y, ellos, que estarán ahí con sus megáfonos, y sus insultos, seguro, serán unos más, unos de los que buscan una gloria efímera. Incluso a sus líderes poco les importa la reivindicación. Solamente aspiran a que les coja una cámara de la 1, Antena 3, Cuatro o Telecinco, para decir aquello de compañeros y compañeras, trabajadores y trabajadoras, y una sarta de tonterías que no tienen sentido ese día ni en ese lugar. Que no encuentran amparo en la fiesta de la cultura, el arte y la investigación.

Cada uno debe defender aquello en lo que cree y por los medios legítimos. Pero cuando convierte su reivindicación en un circo, se convierte en un payaso, peyorativamente hablando, no lo duden. Y cuando transforma la vindicación de los derechos de sus compañeros en un espectáculo para mayor gloria de cuatro liberados, no logra nada, causa daño. Porque yo, del otro lado, me negaría siquiera a sentarme con quien pretende convertir la Plaza de la Escandalera en una amalgama de ruidos incomprensibles el día que esta ciudad se enseña al mundo. El día que nos convertimos en la capital de la cultura, la cooperación, el deporte, las artes … algunos de nuestros congéneres se empeñan en ridiculizarnos.

¡Están ustedes fuera de punto, pásense por el taller a ver si tienen remedio! Aunque no lo creo, porque leyendo su comunicado de prensa ante la sentencia, en el que se enorgullecen de que van a convertir, en esa fecha, en lugar de lucha obrera la plaza de la Escandalera, sin duda provocando a la Policía, como buen bullanguero macarra, y haciendo el mayor ruido posible para que no se escuche la Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo, es claro que han perdido el sentido hace mucho tiempo, quizá en el mismo momento en que se liberaron y decidieron que era más fácil gritar consignas que practicarlas, criticar el trabajo de otros en lugar de hacer el propio, y sustituir la dignidad de todos por las expectativas de un mínimo grupo.

A mí ustedes me avergüenzan como asturiano. No creo que sus afiliados tengan más problemas que otros sectores que, sin embargo, han asumido que ese día está para otra cosa. Que debemos estar orgullosos de la Fundación y sus Premios, porque han hecho de Asturias un nombre internacional. Porque nos han hecho sentirnos orgullosos de ellos, desde la discreción y la modestia. No crean ustedes que los abogados, los peones de obra, los arquitectos, los médicos, las enfermeras, los maestros, tienen menos problemas que sus trabajadores. Pero son más prudentes. Tienen eso que mis padres llamaban educación.

Ustedes, una vez más, nos harán sentir sonrojo esa tarde. Y se irán a sus casas sin haber logrado nada, pero habiendo justificado la liberación y las horas sindicales esas de las de disfrutan para su exclusiva y única gloria. Otros, seguimos creyendo que la semana de los Premios da prestigio y dinero a esta región. Que vivimos tiempos de creación y no de destrucción. Que es fácil levantarse por la mañana a decir lo mal que lo hacen otros. Lo difícil es organizar más de treinta actos gratuitos para que todos los asturianos puedan disfrutar de los mejores en las diversas ramas y compartir con ellos su tiempo y aprender de sus conocimientos. Eso es lo difícil, pero eso seguro que no saben hacerlo, y que ni siquiera lo han intentado.

Unos vienen a impartir doctrina y enseñarnos aquello en lo que son maestros. Otros mientras tanto, gritan incoherencias al megáfono.

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Sobre el autor

Abogado y escritor. Grafólogo. Presidente de la Sociedad Asturiana de Grafología. Profesor de la Escuela de Práctica Jurídica y del Máster en Abogacía de la Universidad de Oviedo. Autor de cinco novelas publicadas y ganador de varios premios de relato. Exconcejal del Ayuntamiento de Oviedo en el período 2007-2011.


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