MARÍAS NO GANARÁ EL NOBEL
Apuesto pocas veces, y debe ser porque pierdo. Y claro, a base de perder, uno aprende. Desde estas páginas, me he cubierto de gloria en alguna ocasión. Hablé de Gay Talese como favorito, a mi entender, al Premio Príncipe de Asturias, y no se lo dieron. Aposté por Villazán para presidir FADE y ganó el otro candidato, Pedro Luis Fernández.
La verdad es que mis apuestas erróneas me han salido baratas de momento, porque nadie me ha cobrado los réditos, pero no descarto que algún día vengan todos juntos. Así que hoy he decidido hacerle un favor al maestro Javier Marías. Voy a apostar a la contra. Con la escasa dosis de aciertos que he tenido últimamente, lo mejor es decir abiertamente que no ganará el Nobel de Literatura, y a ver si con eso le damos suerte.
Así que nada, no vale de nada su intachable trayectoria literaria. Su maestría en una prosa irrepetible y que ha formado a las nuevas generaciones de literatos y aprendices de este país. Sus trilogías de novelas irrepetibles, sus nuevos libros que recuperan costumbres viejas para llenarlas de oxígeno y oxigenar con ello nuestras vidas. Nada su trayectoria periodística e incluso bloguera. Nada todo eso, porque no se lo van a dar.
Quizá a Murakami, un tipo curioso al que leen sus fanáticos, que, eso sí, son muchos, literatura extraña que piensa mientras corre, entre 30 y 40 kilómetros diarios. O a Joyce Carol Oates, un nombre clásico que lleva dos decenios esperando el premio. El húngaro Peter Nadas también está en las quinielas. Alice Munro, como todos los años, llegará a la final. Incluso nuestro Vila – Matas (con cariño de compatriota, pero no es Marías ni de lejos) o la novedosa y quizá fugaz aparición de Robert Allen Zimmerman, vamos, Bob Dylan para amigos y legión de seguidores, entre los que me encuentro, sin que eso sea óbice para que me tiemble la tecla al decir, zapatero a tus zapatos, y que el premio nobel de literatura ha de ser para literatos. Si se lo quieren dar a Dylan, que busquen otra categoría.
Pues nada amigo y maestro Javier Marías, que no va a poder ser. De nada vale que hayas vendido millones de libros en Italia, Francia o Alemania. La literatura española, para llegar a ser tenida en cuenta, tiene que acumular siglos. Quizá uno post mortem.
Baste la anécdota de que el año pasado, en las quinielas finales, sonaba con fuerza el nombre de Luis Goytisolo. Las webs americanas que presumen de saber de literatura, días antes del premio, indicaban que debía haber un error, porque Goytisolo se llamaba Juan y no Luis. Hasta ahí llega el segmento de conocimiento de la literatura en la lengua con más difusión del mundo para quienes aún envidian este idioma.
Bueno pues nada, Sr. Marías. El año que viene veremos.
PD. Solo espero que si, apostando a la contra, acertamos, se invite a una cerveza. Un premio Nobel español, tras tanto tiempo, lo merece!!!