Hoy hace cien años que nació Julio Cortázar. No les voy a contar la vida ni la obra de un monstruo de la literatura, porque otros lo hacen mucho mejor que yo. Simplemente con echar un vistazo al suplemento “Culturas” de este diario Decano del pasado sábado, pueden conocer muchas cosas sobre D. Julio.
Pero no me he resistido a hablar de Cortázar hoy. Es un siglo. Un siglo completo de maestría literaria que no podemos orillar. Un argentino nacido en Bélgica y con corazón parisino. Un ciudadano europeo que nunca perdió el alma de tango. Un monstruo de la creación que uno no se debe perder.
No importa cuándo llega uno a Cortázar. Es como la cocaína, nunca te deja del todo, pero solamente provoca efectos beneficiosos. El maestro del desencuentro ha logrado que muchos se encuentren a sí mismos, encuentren la literatura, o simplemente encuentren a Cortázar, que es mucho hallar.
Por eso, el Ayuntamiento de Oviedo ha programado un homenaje al escritor que se celebrará hoy. El primero de muchos que tendrían que programarse en todo el mundo, pero tenemos la suerte de que hoy se hace en Oviedo. Con “Rayuelas” incluidas. Para que se conozca “Rayuela” del modo que merece. Para que uno llegue a la primera página y se deje conquistar por todas las demás. Porque hay un antes y un después de “Rayuela” siempre. Porque los niños ovetenses hoy jugarán al “cascayu” y recordarán la obra del maestro de ninguna parte y de todas.
Y, al final de la jornada, a las 19, en el Centro Cultural Cajastur, cuatro escritores, y el músico asturiano que más puja en el panorama clásico español, capaz de hacer jazz de modo que la gente lo conozca y lo disfrute, harán su particular homenaje.
Si no conoce usted a Cortázar, hoy es su día, no lo dude. Hoy hace un siglo que nació pero quizá para usted nazca hoy, pero una vez que prenda la semilla en usted, el resto ya lo hace solo. No necesita abono, ni sol, ni agua. Necesita horas de pausado diálogo. De escuchar y contar. De compartir y aprender.
Si ya le conoce, le encantará una nueva visita. Es día de fiesta. De fiesta grande porque viene el más grande al pueblo, y por eso merece un homenaje. Y el pueblo se lo da con sus mejores galas. Y nos invita, que es lo mejor.
Hoy es el centenario de un traductor, de un alma errante, de un lector incansable. De alguien como los lugares que merecen la pena. Difícil de buscar pero estable al llegar. Arduo en el sendero, generoso en el premio.
Lleven a sus niños al cascayu. Disfruten de la charla. Sientan la música. Déjense caer por Paraíso, un lugar que le encantaría a Cortázar. ¡No todos los días se cumplen cien años!