EL PERRO DEL HORTELANO
En el año 1618, en Madrid, Lope de Vega publicaba una comedia palatina titulada “El perro del hortelano”. En ella, el dramaturgo, a cuenta del amor escondido entre Diana, condesa de Belflor y su secretario Teodoro, utilizaba esa expresión, del refranero clásico, haciéndola pasar a la historia. Como saben, se dice que el perro del hortelano, el que cuida la huerta, ni come (no se conocen perros vegetarianos) ni deja comer (porque si usted se acerca le muerde, pues su labor es cuidar dicha huerta).
Y desde entonces lo hemos visto en la historia miles de veces. Y no solamente con símiles de amores difíciles, como los de Diana y su secretario, sino de situaciones cotidianas, de las de trabajo, de las políticas de las del día a día.
La última, esta semana, y a cuenta de la plaza de toros de Oviedo. Como saben , el Ayuntamiento de Oviedo pidió al Principado de Asturias que se le retirara la condición de Bien de Interés Cultural, a fin de poder destinarla a albergar el futuro recinto ferial de la ciudad. Es la única posibilidad de que en la misma se pueda hacer algo, un recinto ferial, un estadio para los más diversos eventos, o una plaza de toros, si quieren, pero algo.
Recuerdo bien cuando siendo concejal de Patrimonio del Ayuntamiento, una mañana, un funcionario hoy retirado me llamó al despacho para decirme que teníamos que cerrar la plaza, a poder ser esa misma mañana. Que estaba tremendamente deteriorada y que no podíamos correr ningún riesgo para las personas. Recuerdo que se cerró esa misma mañana, y desde entonces, allá por 2007, se le buscó una solución.
Y la solución llegó por medio del proyecto para convertirla en un recinto multidisciplinar para conciertos, eventos deportivos, culturales etc … como la famosa plaza cubierta de Leganés, acaso pionera, o todas aquellas que han seguido su estela. Y para ello, es bien sencillo. Es solamente retirarle la condición de BIC, obligar en su rehabilitación a respetar ciertos cánones estéticos e históricos, y por fin tendremos algo donde ahora tenemos una ruina.
Pero no, el perro del hortelano ni come ni deja comer. No tiene pensado, con una cita electoral tan cercana, que el equipo de gobierno de Oviedo, del eterno rival político y con todas las papeletas para seguir gobernando, pueda vender nada. Es mejor decir que no, que no lo va a hacer, que prefiere que se caiga a que se haga nada, y quedarse tan ancho, sin rubor.
Lo importante son las siglas, no los intereses ciudadanos. Nadie les había pedido ni un euro de colaboración, sino solamente la posibilidad de hacerlo. Pero el solo riesgo de que alguien tenga un proyecto en período electoral da miedo.
Es mejor, mucho mejor, a los estrábicos ojos de los que gobiernan en esta región, que no haya nada, que se caiga la plaza de toros, y luego quede un solar que se llene de maleza o de delincuencia. Como ellos mismos hacen allí cerca, en el antiguo HUCA.
Eso es lo que el gobierno de Asturias parece querer para los ovetenses.
Yo no quiero perros ni hortelanos. Quiero políticos que gestionen, del partido que sean, y que gobiernen sin envidias. En caso contrario, por si aún no lo han visto, les queda muy muy poco. La ciudadanía está diciendo basta.