NUNCA CREÍ YO …

         Es esta semana de pactos e impactos políticos, así que mejor hablamos de fútbol, ¿no les parece?. Eso nos da alegrías y los pactos no nos dan nada, de momento, y con la pinta que tienen, temo que no nos van a solucionar el cocido. Que usted y yo seguiremos madrugando o trasnochando para ganarnos el sustento. El sábado veremos y la semana que viene hablaremos, que ahora “la están peinando”.

Sinceramente, uno que tiene sangre azul indiscutible y que, como tal, ha odiado al eterno rival pidiendo no ya su descenso ni su desaparición, sino, como se decía en el Tartiere hace años, deseando que la altura del agua subiera hasta la Venta del Jamón, uno que ha viajado tantas veces a Gijón escoltado por la Policía y recibido pedradas (algunas), insultos, (muchos) y pasado hasta miedo (eso poco, la verdad), uno nunca creyó que pasaría un domingo de junio pegado a la radio y esperando ver si el Sporting subía a primera división.

Y uno diría menos aún que en ese minuto 93 en que el Lugo marca el gol, se alegra e incluso saltaría y comentaría: ¡El Sporting en primera!. Les juro que me lo dicen hace años y no les creo, incluso igual nos vemos en la calle y tenemos unas palabras. El tiempo pasa, ya ven, y el alma reposa, que decía San Juan de la Cruz.

Pero debe ser, como me dicen algunos, que escribo en un periódico que nació en Gijón (aunque ahora ya es más ovetense que cualquiera), que me voy haciendo viejo, que me alegro del bien del vecino porque hace tiempo que comprendí que esta vida es demasiado corta como para emplearla deseando mal a nadie o que, quizá, llevo años viendo esta región absolutamente deprimida y necesitamos algo que nos saque de este marasmo que nos estaba llevando por delante.

Hoy hace una semana vivíamos en Oviedo el ascenso a segunda, y el domingo el Sporting subió a primera. Ambos por méritos propios, porque han sido los mejores, y esta región los necesita. Porque ver medio millón de personas en dos ciudades con alegría desbordada, la misma región en que no hay trabajo, en que se nos han ido las industrias, se nos han llevado el comercio, ha desaparecido el turismo, es un momento histórico que necesitamos que nos pase más a menudo.

Nunca creí yo que me alegraría de ver la ciudad de rojo salando porque subiese el Sporting, pero lo digo sinceramente, así fue. Nos une la necesidad, y esa no conoce colores. Nos acerca el sentimiento de que tener un equipo en segunda y otro en primera es buenísimo para esta región que se nos muere en las manos, y hacemos lo posible por remediarlo. Nos une mucho más de lo que nos separa, y nos une la idea de que tenemos la obligación de que hagamos con esta Asturias algo mucho mejor de lo que nos han dejado.

Porque nuestros restaurantes, nuestros hoteles, nuestros bares, nuestros comercios, dependen de los que vienen de fuera, y en Oviedo y Gijón necesitamos volver a sonreír, creer en esta región y sacarla adelante, y no pasar por las cuencas y ver todo cerrado y decaído, o pasar por Trubia con los edificios derrumbándose.

Asturias necesita cualquier cosa que le alivie la carga que la vida le ha dejado para atravesar este decenio.

Y si es el fútbol, bienvenido sea. Nunca creí yo que tuviéramos una situación tan complicada, pero no sé, acaso sea el furor del fútbol, mas tengo el pálpito de que todo va a mejor, poquito a poquito.

Es bueno para esta región, seguro. El verano que ya tenemos encima puede ser el primero con sonrisas en mucho tiempo.