¿QUÉ FUE DE LA SENDA VERDE, SEÑOR ALCALDE?
Hoy mismo se cumplen 22 días de nuevo gobierno municipal. Aparte de la historia de la bandera y la muy meritoria (a cada uno lo suyo) aunque matizable, idea de los comedores, poca actividad le detectamos al nuevo alcalde. Digo matizable en lo referente a los comedores porque sigo pensando que es mejor proveer de tarjetas o alimentos a la familia completa que a los menores solamente. Con la misma medida, con la misma cantidad, quizá coman tres donde come uno. Pero, pese a ello, correcta la apertura de comedores, que luego no digan que todo son palos por mi parte.
Pero, aparte de ocurrencias como la de los puestos para los transexuales, imbuidos de la borrachera de gloria que da subirse al balcón del Ayuntamiento para exhibir banderas multicolores, la gestión es lo que necesitamos los ciudadanos. A mayor abundamiento de amenazar a la empresa que gestiona la recaudación municipal con quitarle su trabajo (supongo que las cincuenta familias que dependen de ahí no son habitantes de Oviedo y no merecen la protección de su gobierno), van tres semanas de trabajo, y tenemos que ver cosas. No verlas empieza a hacernos pensar que igual Vetusta duerme al modo de la Regenta, con el matiz de que, en el mundo del siglo XXI, ya no puede dormirse nadie.
Como saben, una de las decisiones personales del nuevo alcalde fue parar la senda verde que conducía desde el parque de invierno al Campo de los patos. Al parecer, algún vecino se sintió afectado por su trazado (eso sí, sin alegación alguna en el expediente municipal y en minoría, porque les puedo decir que el barrio esperaba la apertura como agua de Mayo). Bien, con la obra ejecutada al 92% y por tanto pagada, la apertura era inmediata, se detiene sine die. Y no en un momento cualquiera, finales de junio, con la conclusión del curso escolar, con los niños en casa, y ver que siguen teniendo que cruzar dos carreteras para llegar al parque de invierno, porque todo está hecho, asfaltado, acabado, con la acera de la calle Asensio Bretones pintada en verde, pero parada por el deseo del Sr. Alcalde.
Habría que valorar qué capacidad tiene el Alcalde para, en solitario, sin junta de gobierno, sin decisión técnica en el expediente de contratación, para parar una obra casi concluida y no ponerla en servicio inmediato. Pero, a mayor abundamiento, es una decisión de una torpeza exasperante y que nos afecta a todos los que disfrutamos de la zona.
Si el alcalde cree que hay un problema concreto con algún vecino, hay un expediente administrativo donde el ciudadano puede hacer valer sus derechos. Lo contrario, pararla porque dos le dicen que no les gusta, es populismo barato e ineficaz. Pero, en todo caso, con la obra casi concluida y un problema concreto en una calle, abra el resto de la senda, con los túneles, y déjela inoperativa al principio de Asensio Bretones (supuesto lugar del problema). Problema solucionado y servicio al ciudadano.
Déjenos a los ciudadanos de Oviedo que podamos utilizar una infraestructura en pleno verano. Al paso que lleva y ocupado en labores tan importantes como las que hasta ahora ha asumido (sic), quizá para noviembre desbloquee el conflicto. Entonces se hará de noche a las 5 de la tarde, los niños estarán en el colegio y la senda helada diez horas al día.
Es un problema de gestión. Gobernar es gestionar, acertar y equivocarse. Lo único que no se permite es permanecer inactivo, con la obra a disposición y cerrada con una valla de obra. Lo que no se tolera es la indolencia. Sobre todo cuando podemos usar una instalación que se ha pagado con nuestros dineros.