AHORA LA IGLESIA CATÓLICA
A fe mía que prometo tener unas ganas enormes de poder dedicar mi columna a otras cosas que no sean las actuaciones disparatadas del gobierno municipal de Oviedo (al menos de una parte de éste, que parece ser la que manda). Ansío enormemente que podamos hablar del otoño, precioso en el Campo San Francisco, o de cómo mejoramos poco a poco el PIB de esta región. Pero no me dejan. Cada semana arman una, y claro, uno que vive aquí, y les padece, pues se irrita, porque cobran sueldos que salen de mis impuestos, para seguir pensando que el Consistorio es un lugar donde se va en pantalón corto y chanclas, a ver a unos amigos, y a practicar ocurrencias.
El gobierno municipal ninguneó a la Iglesia Católica al no acudir a la misa de San Mateo, pero casi hasta se lo disculpo. Es una pose ideológica, a mi entender, pero puede tener hasta su lógica. Si a mí me preguntan les diría que tienen que ir, les guste o no, porque me representan a mí y a usted, y por eso tienen que estar ahí. Ahí y si mañana les invita la comunidad judía, que tanta implantación tiene en Oviedo, n a una Nusaj S’farad, allí tienen que estar. Y si los musulmanes les invitan a uno de sus rezos, por respeto y presencia institucional, acuden, crean o no, y demuestran que verdaderamente son policulturales y representan a todos los ciudadanos de Oviedo, crean en lo que crean, y hasta los que no creen en nada.
Pero no contentos con esa afrenta, preparan el proyecto de presupuestos para el año 2016. Y la novedad más significativa es la propuesta de gravar con el IBI bienes de la Iglesia Católica. No es una cuestión ideológica, es una sandez. Una hipocresía de cara a la galería que infringe la ley. Y eso ya es preocupante. Porque los dineros que nosotros pagamos de salarios y el coste que conlleva la aprobación de presupuestos, se va a invertir en una idea nacida para el fracaso.
Pero no se lo digo yo, que podrían no creerme o incluso discrepar conmigo, como hacen muchas veces en el blog. Lo dice el TRIBUNAL CONSTITUCIONAL. Y con eso basta y sobra. Y no en una votación apretada. En sentencia del 5 de diciembre de 2013 -que pueden consultar en cualquier repertorio jurídico – por unanimidad de sus miembros, resolvió un recurso del gobierno contra una ley navarra que pretendía imponer lo que ahora pretende el ayuntamiento de Oviedo. En idéntico sentido, el TRIBUNAL SUPREMO, en sentencia de 4 de abril de 2014, confirmó la exención, con base en lo dispuesto en la Ley de Mecenazgo y por los acuerdos con la Santa Sede.
Por tanto, no es cuestión de opinión. Es cuestión de ley. Cualquier pretensión en el sentido expuesto está condenada al fracaso más estrepitoso, al mínimo recurso que se plantee. Es decir, se perderá tiempo y dinero de los ovetenses en pretender tramitar unos presupuestos con un aspecto que no podrá prosperar jamás, porque la ley lo prohíbe.
Insisto, no es una cuestión ideológica. Es lo que ha dicho el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional, no el criterio de Manolín el Gitano (con todos mis respetos para el criterio de Manolo, seguro formado en algunos aspectos, y quizá más débil en el jurídico). Así que la respuesta ya la tenemos. La pregunta sería ¿debe un gobierno local pretender aprobar un presupuesto que contiene un aspecto que va en contra de la ley?.
Y la siguiente pregunta la hago yo: ¿Cómo se define en español a la autoridad o funcionario público que, a sabiendas de su injusticia, dictare una resolución arbitraria en un asunto administrativo?. La respuesta la da el Código Penal. Artículo 404. Prevaricación.
Espero que pase el farol y no lleguemos a tanto. Sinceramente, no merece la pena.