ASTURCÓN PARA RATO
En apenas seis meses de mandato hemos oído al gobierno municipal hablar tantas veces del Asturcón que cualquiera pensaría que hay magníficos planes para su futuro. Hemos visto, – y comentado en estas páginas – al presidente del Real Oviedo visitando las instalaciones de cara a ser la futura ciudad deportiv. Todos hemos oído que ya está dado a un jeque árabe que va a hacer maravillas en la parcela (madre, ¿eso no es prevaricación o cohecho?), algunos nos han dicho que se va a hacer cargo de ella uno de los grandes grupos constructores de este país …
Parece que había tantos planes. La lechera ya se había gastado el dinero antes de tenerlo. Ninguno ha cuajado hasta ahora ni parece hacerlo. Mientras tanto, el interventor municipal, del que parece haberse dudado ilegítimamente por lo que se ha visto en prensa, recordó al equipo de gobierno que los pliegos administrativos deben estar ajustados a la ley y garantizar la libre concurrencia. Y que si se hacen mal, pueden ser nulos. Y que hacer unos pliegos mal tiene consecuencias. A uno se los anulan e incluso puede cometer un delito.
Y la lechera siguió soñando, mientras transportaba sus sueños sobre la cabeza, pero los meses pasaban. Y los usuarios del centro, que se sorprendieron un domingo escuchando al Sr. Alcalde diciendo que si no aparecía nadie pronto, ponía un candado y para casa, se volvieron también enemigos. Y se les llamó después para apaciguarlos, y se los tiene de momento tranquilos, pero son una bomba a estallar si todo lo que les han dicho no se cumple, y tiene esa pinta.
Porque difícil es obligar a una empresa que vendría a perder dinero con la gestión a que asuma las condiciones que tienen los actuales usuarios, que, no obstante, si alguien les atiende el caballo, les cambia la “cama” un par de veces a la semana y les da de comer, tampoco van a ser un problema, viniendo de donde vienen.
Y la lecherita seguía de paseo. Ya se veía con un vestido nuevo y zapatos brillantes. Pero los meses pasaban y con la modificación del pliego a la que obliga el interventor, ya no llegamos para el 31 de diciembre. Así que hay que prorrogar a la concesionaria, que ya está en salida, y a la que el Ayuntamiento no quiere. Un matrimonio que no duermen juntos, pero que tienen que seguir viéndose todos los días. Nada bueno nos deparan estos meses de prórroga letal forzosa.
Y la lecherita al final tropezó. Porque no quiero pensar lo que puede ocurrir si no hay licitadores. Porque ya ha quedado desierto en dos ocasiones, y ésta puede ser una más. Porque el negocio no es atractivo y la gente de SOMOS ya avisa que va a vigilar que los licitadores que vengan lo hagan todo “en verde”, no hayan ganado nunca dinero y si lo ganaron, que lo inviertan en causas nobles, que son las que ellos defienden y no otras. Como a una sola de las empresas concurrentes se le ocurra mandar un tipo de corbata a la apertura de sobres de la mesa de contratación, que se dé por fastidiado. Camiseta raída, chanclas si es verano y a sentarse en el suelo mientras se examinen las ofertas.
La lecherita mira su cántaro derramado y llora en silencio. Mientras tanto, esperamos que no nos ocurra lo del cuento y alguien venga a salvar el que fue el mejor centro ecuestre de España y podría volver a serlo.