TOMA DE PERSPECTIVA

         Saben ustedes sobradamente que para valorar lo que uno tiene, y para despreciar lo inane, es necesario tomar las cosas con perspectiva. Apartarse de la cercanía que nos impide visualizar el contexto, separarse del objeto a enjuiciar, alejarse de donde uno vive, para conocer – o repasar – lugares conocidos o desconocidos para entonces poder opinar con solvencia y con seso.

            Por ejemplo, recorrerse mil kilómetros de nada, como he hecho yo, para ver cómo estaba la zona más turística de nuestra vecina Portugal, ya en semifinales del europeo mientras nuestras estrellas se van de vacaciones sin haberla hincado. Que andan cansados los chavales, que se levantan a las cinco de la mañana para entrar a la mina, o salen del supermercado donde trabajan cerca de las 11, o bien trabajan el sábado en la tarde en el ramo del comercio y no tienen fin de semana … ¡Ah, no, que no es por nada de esto!. Bueno, dejémoslo. Agua pasada no mueve molino.

            El caso es que hay que ver Portugal, un país intervenido, donde cada euro de gasto público es sometido al estricto control de Bruselas, que para eso se lo ha prestado, y les ha sacado del pozo, para convencerse de que se pueden hacer bien las cosas. No entienden nuestros vecinos portugueses cómo estos ingleses han hecho la locura esa de irse, y ellos reconocen que sin la UE no serían nada. Claro que no les gusta la Troika, como a nadie le gusta, pero todos reconocen que sin la Unión, estarían en bancarrota hace cinco años y hoy serían los restos de un país.

            Las pensiones no suben, y los sueldos de los funcionarios tampoco, pero todo el mundo cobra y controla lo que gasta. El comercio funciona, en los restaurantes se pide personal para la temporada de verano y hasta algún pequeño Ayuntamiento empieza a poder contratar funcionarios. Las calles están decentes, hay obras en las autopistas, el tren no se ha parado, y los Ferry atracan en los grandes puertos, trayendo miles de ingleses que, el año que viene, por esa tontería de sentirse los más listos, tendrán que pagar más caro bajar a ver el sol de Andalucía o el Algarve.

            Hay seguridad en las calles, los hoteles de Aveiro están llenos cada fin de semana, el aeropuerto de Lisboa como antes de la crisis y se empiezan a construir nuevos apartamentos, aunque primordialmente en las zonas turísticas y destinados a extranjeros. Foráneos, eso sí, que pagarán sus impuestos, comerán y gastarán gasolina, y vendrán, ya que se compran una casa, a ayudar a una economía maltrecha pero con una dignidad a prueba de bomba. Mientras tanto, los portugueses llevan el día a día sin sobresaltos, valorando lo esencial, y no discutiendo por lo superfluo. Aplicando la máxima de que cada disgusto que te coges te quita un día de vida.

            Por eso, a punto de volver a casa, veo con desgana cómo se discute por la fiesta del orgullo gay o cada partido se pone a su lado más homosexuales para parecer más progre. Me escandalizan las tonterías y me molestan las supercherías. Soy de los que creo que más trabajo y menos espectáculo, que para Teatro ya tenemos el Filarmónica.

            Quizá, tras tantos años de mirar hacia el Oeste como el hermano pobre, tengamos que aprender mucho de su humildad y su espíritu de trabajo. De momento, y como mera anécdota, ya están en semifinales, y han devuelto todos los plazos de los préstamos de la Unión Europea. Hoy, mi reconocimiento. Mañana, volveremos a la arena diaria, porque no nos dejan otra…

            PD. Sr. Alcalde, si de la que vuelvo tiene usted abierta la senda del parque de invierno, tras trece meses, yo pago la sidra. En caso contrario … bueno déjelo, como todo…