INICIO DE AÑO
Es conocido que el calendario personal de cada uno no siempre coincide con el gregoriano, ni con el que uno tiene enla Moleskinede su bolsillo, ni con el del teléfono móvil, que, aunque lo he intentado mil veces, sigue reproduciendo el sajón y me coloca los domingos en el sitio de los lunes, dándome sustos de muerte cuando, en ocasiones, pretende dividirme a la mitad el fin de semana.
Si bien para muchos el verano concluye el 30 de agosto, con la operación regreso, en Asturias se prorroga, al menos, hasta el día 8, por mando de nuestra patronala Santina. Yen Oviedo, todo se difunde en la neblina de la fiesta de San Mateo, y, hasta el 22 de septiembre nadie parece tener disposición de trabajar en serio.
Con el inicio de año ocurre algo parecido. Nos dice que hace ya 8 días que navegamos el 2013, pero verdaderamente hoy es nuestro primer día laborable en condiciones. Hoy asumimos que ya no hay luces en las calles, que se han llevado el Belén dela Plazadela Catedral, que los niños ya están en el cole, que los autobuses vuelven a hacer imposible la circulación a ciertas horas. En resumen, que toca volver …
Y ya que tenemos que ponernos, vamos a hacerlo con ganas. Decía Salinger, el gran escritor que con una sola novela logró la gloria, aunque también el ostracismo buscado por sí mismo – recomiendo su biografía recientemente publicada por Galaxia Gutemberg – que uno ha de ser profesional haga lo que haga en la vida. Desde Primer Ministro hasta trilero en la calle. Solamente la profesionalidad salva a uno de la mediocridad. Y la mediocridad únicamente es un interregno entre la vida y la muerte.
Por eso, hoy que comenzamos, vamos a mirar con ojos de esperanza lo que nos toca. Seguimos teniendo el placer de vivir en una de las ciudades más bonitas de Europa, y en una región que, a poco que el sol se deje ver un año por aquí más de diez días, es un paraíso sin falta de slogan institucional.
He visto varios negocios abiertos recientemente en las calles de la dormida Vetusta. La gente parece que sabe que solamente entre todos vamos a salir del pozo. Dar los buenos días se ha vuelto a convertir en una cuestión de normalidad, y no un lujo reservado a educaciones inespecíficas.
“Cambiar algo” sigue siendo un lema de juventud que ha movilizado generaciones durante varios siglos. Lo que tenemos no nos gusta, eso es obvio. Probemos suerte con pequeñas cosas. Hoy es el primer día para intentarlo.
PD. La cuesta de enero se hace más liviana con Moscovitas, Carajitos del Profesor, Mallorquinas y algo de deporte. ¡Ya nos priva la vida bastante!