Fue una noche de copas. La noche del millón de copas, diría yo. Hablamos, bailamos, nos reímos y supongo que hasta lloramos. Puede que de risa. Puede que no. Al irse, me dijo una cosa: “Existe. Fíate de mí”. Y yo, que soy mucho de fiarme, incluso (o sobre todo) de quien no debo, he pensado que sea lo que sea lo que existe, lo verdaderamente importante es creer. Y hasta lo fundamental. Tanto como algunas canciones. Ladies and gentlemen, un clásico de todos los tiempos que le dedico a mi tío Félix porque me la pidió y porque yo a mi tío Félix le dedico una canción y lo que haga falta. Para él y para Carlinos. No faltaba más.