Lo peor del PP de Madrid no es que se monte una guerra de espías más propia de Austin Powers que de 007, ni que el alcalde de Boadilla del Monte diga que dimite, primero, y que no dimite, después, o viceversa, que no acabo de enterarme. Lo peor del PP de Madrid no es el desfile de altos cargos que tiene montado en la Audiencia en vísperas de la Cibeles Fashion Week, ni que Garzón haya organizado en Génova su particular cacería, con ministro de Justicia o sin él. Lo peor es que hay o hubo alguien en el PP de Madrid que se fio del tal Álvaro Pérez Alonso, que parece que es uno de los cabecillas de la trama de corrupción pepegoterilística que han armado. Y, digo yo, con la pinta que tiene este hombre, ¿quién se sorprende de nada? Las apariencias engañan, pero es que hay veces… Vean, vean…