Decíamos ayer (y quien dice ayer dice hace una semana, que el tiempo pasa que vuela) que ojalá el domingo San Fermín estuviera durmiendo o asándose unas chistorras. Pues bien, no fue así. Porque resulta que el domingo San Fermín se presentó en el Reynoconygriega de Navarra con muchas ganas y doce jugadores: los once de Osasuna y el señor Medina Cantalejo. Pero ni el santo (rojiblanco, ya lo siento) ni sus doce ‘mártires’ pudieron con un Sporting que, cuando se pone, se pone. Y eso que alguno se puso hasta más exaltado de la cuenta. Barral, corazón, tú dedicate a meter goles, que lo haces de muerte, y deja las coces para los asnos, que para eso son especie protegida. Dicho sea desde la admiración, el respeto y las ganas de quedarse en Primera. Y hasta de jugar la Champions. Metidos en gastos…