Dicen los médicos de Urgencias que no quieren perder la nocturnidad y parece que la cosa nada tiene que ver con la alevosía, sino con perder entre 600 y 1.000 euros al mes con los cambios organizativos propuestos por el Principado. Si eso es cierto, que yo no lo sé, hacen muy bien en ir a la huelga, siempre que vayan como están yendo. O sea, con el 100% del servicio funcionando como servicio mínimo. O sea, sin que sus ‘clientes’ se enteren de nada. Lo curioso del caso es que desde que el lunes se anunció la huelga de marras hay un 20% menos de pacientes. Y eso es mucha gente. Sólo en el Hospital Central, 60 personas menos al día una detrás de otra. ¿Dónde están? Se me ocurren varias posibilidades.

a. Desengañados de la medicina tradicional, han decidido recurrir a un curandero o chamán.

b. Sabedores de que, al fin y a la postre, todos vamos a morir, han decidido que no les importa hacerlo ya.

c. No necesitaban ir a Urgencias.

Si está usted entre ese 20% y ha elegido la opción C me permito recordarle que la sanidad pública no es gratis. No nos cobran por entrar, pero nos cuesta una pasta. Y colapsar las urgencias por asuntos que no son urgentes es como llenar los centros de salud de males que se curan con aspirinas, tiritas, una manzanilla con limón o un poco de paciencia: una irresponsabilidad.