Soldados, tengo una noticia buena y otra mala. La buena es que, por fin, nos cambiamos de calzoncillos. La mala es que será entre nosotros.

Siento lo escalógico del chiste. Siento incluso que sea tan malo. Pero es que desde que me enterado de los (presuntos) cambios en el Gobierno de ZP no puedo dejar de pensar en otra cosa. Porque es que a mí me hablan de novedad y me ponen a Chaves y es como si me hablan de adolescencia y me ponen a mi abuela. Y eso sin menoscabar la experiencia de ninguno de los dos: 19 años él de presidente ininterrumpido; 34 años ella de abuela interrumpida, tantos como los de servidora.

Dicho esto, conste que valoro y agradezco al presidente su humanidad por permitir a Solbes dejar su cruz ahora que estamos en plena Semana Santa. Y conste que valoro y agradezco al presidente que no deje a Maleni montar otra de las suyas ahora que se acerca el puente. Disfrútenlo ustedes que pueden. A mí, como a Pepiño y a otros tantos, me toca currar.