No me fío de quien no mira de frente, ni me fío de quien no habla claro. Tampoco me fío de quien bautiza cualquier cosa que no sea su hijo con su propio nombre. Y me fío menos aún de quien muere matando (*), porque la rabia es cosa de perros y no de personas. Ahora, gracias a una votación que otros se empeñan en llamar ‘golpe de estado’, que Ibarretxe no sea una persona de fiar sólo le importa a su mujer. Ya está. El capitán Spock se marcha para su casa. Victoria Prego resume hoy estupendamente la toma de posesión de Patxi López en una frase: “Estalló la revolución de la normalidad”. Pues eso. Enhorabuena a todos los vascos y vascas, que diría Juan José. Agur, querido. Ondo lo egin. Hay que ver la de euskera que sé ya.
* Nota aclaratoria: cuando hablo de muerte estoy hablando metafóricamente. Otros no.