Han pasado dos días y no me la quito de la cabeza. Tendría la mujer unos 70 largos, tal vez ya los 80 cortos, y una sonrisa dulce de abuela de las que tejen bufandas en invierno. “Poneivos aquí, niñinos, que aquí hay sitio”. Y empezó el partido. Y empezó el calvario. Y cuando en […]