Cuando llegaba del cole por las tardes solían esperarme mi madre, un bocata de jamón york que tornaba en nocilla los viernes (ya entonces era el mejor día de la semana) y Los Mundos de Yupi. Yupi era un extraterrestre que había caído en un pueblo de Madrid con su nave y su amigo Astraco (otro bicho no terrícola que, por cierto, hizo la mili con mi padre en Sardón de Duero, aunque no voy a hablar aquí de traumas infantiles). La cosa es que Yupi y Astraco nunca se enteraban de nada, confundían las cosas y, básicamente, flipaban, cuando la palabra flipar era un flipe porque era nueva. Los Mundos de Yupi nunca logró el éxito de Barrio Sésamo y pasó más bien sin pena ni gloria por la infancia de los niños ochenteros, mucho más fans de Caponata y de la Bola de Cristal. Hasta hoy.
Hoy Yupi ha vuelto. Ha dado una rueda de prensa en la calle Génova. Y ha dicho que Costa se va porque “pidió la suspensión de sus funciones”. O sea, porque quiere. Y si lloró pues es lógico porque para eso están las despedidas. Además no es que marche por nada, no, se va porque como es o era un secretario general de un partido pues tiene un “plus de exigencia por el cargo”. Vamos que que un empresario te regale un peluco de a 20.000 o un cochazo de tratante de ganado siendo carnicero o protésico dental es normal, pero si eres político pues queda feo y ya está. Y Camps, un caballero y un candidato para las próximas elecciones. Y la culpa, de los medios de comunicación, que, como se sabe, manipulamos más que otra cosa.
PD. Hablando de pasta y de políticos, hoy también he entendido por qué Cristina Garmendia ni rechistó con el recorte salvaje del gobierno en crisis de ZP a su Ciencia y su Tecnología. La señora ministra tiene un patrimonio de 4,9 millones de euros, así que a lo mejor está pensando en mandar un giro postal al Centro Nacional de Oncología o algo. O a Bibiana Aído, que la pobre debe más que Alemania después de la II Guerra Mundial. Y lo de los 70.000 euros de Chaves, pues, llámenme mal pensada, pero, como diría mi amiga Rosa, abúltame algo poco.