De muros y limones | Jo tía - Blogs elcomercio.esSalma no tiene una granja en África al pie de las colinas del Ngong. Salma tiene un limonero en Cisjordania, justo en la frontera con Israel. Salma vive de su limonero en Cisjordania desde que lo heredó de su padre y después de quedarse viuda. Y Salma tiene que dejar de hacerlo el día en que el ministro de Defensa judío se convierte en su vecino y su limonero, en un problema de seguridad nacional. ‘Los limoneros’ es una película. Yo me he acordado de ella hoy, que el mundo celebra la caída del Muro de Berlín. Y me he acordado porque estaría bien que no nos olvidásemos de que, pese a que hace ya 20 años que se derribó aquella pared de la vergüenza, el mundo sigue estando llena de ellas. Una de las más altas está allí donde Salma tiene su limonero, porque esta película, como esos telefilmes de los domingos por la tarde, ‘is based on a true story’. Una historia demasiado real y demasiado sangrante como para que sólo nos concentremos en los fuegos artificiales de la puerta de Brandenburgo y sigamos mirando hacia otro lado.