Ser del Sporting tiene una lista larga de efectos secundarios que es mejor ignorar. Pasa con ser del Sporting lo mismo que cuando te recetan algún medicamento para el catarro, que vale más no tener en cuenta esos efectos secundarios, no vaya a ser que te den todos de golpe. Yo hace tiempo que no me leo el prospecto ni de las aspirinas. Pa por si acaso, que dice un amigo mío. Con el Sporting, el dolor de cabeza y hasta las náuseas están muchas veces garantizados. También hay partidos, por ejemplo, incompatibles con conducir, sobre todo si los vas escuchando por la radio. Dan somnolencia. O irritabilidad, que es peor. Entre esos efectos secundarios, también llamados daños colaterales, también está la pérdida de memoria. Vamos, que a veces, como este domingo y otros tantos, se nos olvida que somos del Sporting. Y cogemos y nos preocupamos.
Me explico con dos ejemplos.
Ejemplo 1. Sábado 20 de marzo. Santiago Bernabéu. Madrid-Sporting. 3-1. Barral, o sea, el Sporting, inaugura el marcador (que me gustan a mí las expresiones periodisticodeportivas) y el Sporting, o sea Barral, firma el campo. Resultado, el Madrid despierta y nos mete tres, sea con las manos o con el apéndice corporal que ellos prefieran.
Ejemplo 2. Domingo 4 de abril. Estadio Municipal de El Molinón. Sporting-Jerez (no me acostumbro a la X, lo siento). 2-2. Primer tiempo, el Sporting va ganando. Segundo tiempo, el Jerez empata y a los cinco minutos, se acaba la alegría en casa del pobre (en este caso, sin que sirva de precedente, nosotros no somos el pobre). Segundo tiempo, a un minuto para el final, Rivera, o sea el Sporting, le sirve en bandeja el último gol al enemigo. El que empata no es el Jerez en esta ocasión. Es el Sporting, o sea Rivera.
Moraleja.
Tanto en el caso 1 como en el 2 sucedió lo que tenía que suceder. Perdimos contra un grande, empatamos contra un inferior, que haberlos haylos, cuando estábamos casi casi arañando eso que se llama la permanencia. ¿Por qué nos sorprende? En ambos casos por la mencionada pérdida de memoria. En el 1, más concretamente, porque se nos olvida quiénes somos. Íbamos a perder con dignidad, no a que el Madrid nos robase el partido, lo que no deja de ser un pequeño triunfo. En el 2, porque a veces se nos pasa que sufrir no es un efecto secundario de ser del Sporting, es el principal. Y a nosotros terminar una Liga en paz no nos gusta. Nos aburrimos. Suframos, pues, hermanos. Porque este año quedamos en Primera y pobre del que quiera… pero en tensión. Que ‘semos’ del Sporting, ho.