Los sindicatos cifran en un 87% el seguimiento de la huelga en Asturias, 70% en el resto de España. No sé si será cierto, pero lo que es seguro es que esta mañana para llegar a El Comercio he tenido que sortear una barricada junto a a estación del Alsa y varios contenedores y papeleras cruzadas en medio de la avenida de Portugal. Después, camino del Huerna, piquete a tres kilómetros de Pola de Lena, retención y media vuelta. Opción b: por Pajares.También cortado. Opción c: el puerto de San Isidro. El concejo de Aller es un erial. No hay un solo negocio abierto. Ni un bar. Ni un banco. Pero tampoco hay piquetes. Pasado Felechosa y hasta Fuentes de Invierno apenas tres coches. Hasta llegar a Lillo. En el primer pueblo de la provincia de León no hay huelga. En los siguientes, tampoco. En Valladolid, la actividad sigue en los polígonos y Fasa Renault, el buque insignia de la industria por estos lares, los turnos entran uno por uno. En Madrid, después de una noche movida, no hay prácticamente una tienda cerrada en Preciados. Viajo en un coche con un comercial de maquinaria industrial al que no para de sonarle el teléfono. Ni una llamada de un cliente de Asturias. Llaman desde Torrelavega. Llaman desde Barcelona.Llaman desde Segovia. Están trabajando. “¿Huelga? ¿Qué huelga”. Literal.
Se puede ver por el lado positivo. Hoy somos los primeros en algo y no hay carrera de Fórmula I. En fin.