This story is based in a true story. O más que basada, calcada. Realidad pura y dura, sin aditivos ni conservantes, como una de Ken Loach.
Sábado, 22.15 horas, teatro Jovellanos. Quedan 15 minutos para que comience ‘Mammuth’ (Gustave de Kervern y Denoit Delépine, Francia 2010, para que nos entendamos ‘la de Depardieu’), película a concurso en la Sección Oficial del Festival de Cine de Gijón. Como antes de cada proyección, un dj ameniza (un verbo que sólo se utiliza para estos casos y para las orquestas en las romerías) la espera. En el patio de butacas, lleno hasta la bandera, dos señoras con los 70 cumplidos. Y aquí empieza la fiesta.
-Esti chaval está sordu, te lo digo yo. ¿No podrá bajar la música? Chica, me vuelvo loca, pero loca. ¿Como no lo mandarán pal paro, con la de gente que hay en el paro?
Fundido en negro. Entra en escena una persona de la organización
-Oye, neña ¿trabayes aquí?
-Sí, señora, ¿qué ocurre?
-Oye, tú no le puedes decir a esti de la música que la baje un poco.
-No se preocupe, enseguida acaba.
-Home, claro, en cuanto empiece la película, pero yo me quedo sorda antes.
Segundo fundido. El dj sale de su cabina (un palco, en realidad) y se sienta en el patio de butacas a ver la peli. El destino o la suerte (la mala) le hace situarse a pocos metros de la señora en cuestión.
-Oye chaval, ven pa’cá un momento.
-Dígame
-¿Estás sordu?
-¿Cómo?
-No ves, estás sordu, ya te lo dije yo.
-¿Qué?
-Sordu.
-¿Perdone?
-¡Que no pongas la música tan alta, hombre, por dios, que casi nos mates a todos!
Sábado, 17 horas. Otra vez en el teatro Jovellanos. Dos niños de cinco y siete años enmudecen durante hora y media viendo como otro niño pesca con su padre en Banco Chinchorro, México. En hora y media no pasa nada. Sólo la vida, como si eso fuera poco. Y los niños, a miles de kilómetros de Banco Chinchorro, México, no quieren ser Ben Ten durante hora y media.
Lunes, 12.30 horas, taquillas del teatro Jovellanos. Señora con los 70 cumplidos. Otra señora.
-¿Te queda alguna para la palestina?
-¿Disculpe?
-Si, pa la película palestina que ponen en los Centro a las cinco.
-¿Cuántas quiere señora?
-¿A que hay más de una? Pues pensaba yo que no iban a quedar. No sé, dame… dame una, anda.
Esto y mucho más es el Festival de Cine y esto y mucho más es Gijón, seguramente la única ciudad del mundo en la que las señoras con los 70 cumplidos no se conforman con tomar café y pastas con las amigas, ni los niños de 5 y 7 años con ser Ben Ten. A lo mejor ese es el secreto del FICX.
Al que me vuelva a decir algo de ‘gafapastas’ me lo llevo al cine.