Pajín pide “cautela hasta ver si es violencia de género”. Esto es un titular de El Comercio de hoy y para lo que Pajín pide cautela es para el crimen en el que un descerebrado (llamémosle presunto descerebrado, no vaya a ser) segó a hachazo limpio la vida de tres personas en Degaña. La mala suerte de estas tres personas es que, además de víctimas, son hombres. A saber, el padre, el hermano y el novio de la ex mujer del energúmeno del hacha. Ella, su ex mujer, sigue en el hospital. Su madre, la de ella, salió justo para enterrar a su marido y a su hijo. Y digo mala suerte porque si en vez del padre, el hermano y el novio, fueran, un suponer, las primas, ya tendríamos una condena como dios manda. O como manda Pajín. No sé, supongo que me desconcierta esto de que hayamos dejado de ser iguales hasta para morirnos.