Ahí va, el mitin del PP en Oviedo. Mañana, Cascos
Hay que ser Rajoy
Hay que ser capaz de escribir un poema por ir solo en un autobús y que sea bueno, hay que tener un Premio Príncipe de Asturias y hay hasta que haber pasado una noche con Janis Joplin en el Chelsea Hotel para dar un concierto sin abrir la boca, sin salir al escenario; para recibir una ovación interminable sin siquiera quitarse el sombrero. Lo hizo Leonard Cohen hace bien poco en Gijón, con el Jovellanos abarrotado. Ayer el que abarrotó fue otro y sucedió en el Palacio de Congresos Ciudad de Oviedo, y ni es poeta, ni premio Príncipe, ni ha tenido nunca nada que ver con Miss Joplin, al menos que se sepa, pero, básicamente, tampoco necesitó desgañitar la garganta. Para estar media hora hablando sin meterse en líos no hace falta nada de eso. Sólo ser político y arrasar en las encuestas. Es lo tiene salir a correr sabiéndose ganador, lo que tiene coger la bici cuando el resto va a pie, alguno hasta descalzo. Es lo que tiene ser Mariano Rajoy a seis días de lo que ya parece un hecho: será el nuevo presidente del Gobierno de una España que, esto sí lo dijo él, «es mucha España».
No es que las alrededor de 3.000 gargantas apostadas hasta por los pasillos del Calatrava le repitiesen hasta la saciedad los «presidente, presidente», los «oa, oa, oa, Mariano a la Moncloa» y los «sí, sí, sí, el cambio ya está aquí», es que Mariano Rajoy ya lo tiene claro. Y, si tenía alguna duda, ayer convocó a un puñado de miles de simpatizantes más que en su última visita a Oviedo. Pero entonces era mayo y eran las autonómicas.
Tal vez por eso Rajoy prefirió dar un concierto de canciones conocidas y dejarse de propuestas económicas para acabar con el paro más allá del «apostamos por los emprendedores». Tampoco hubo nada del tipo quítame-allá-ese-peaje. Porque, eso sí lo dejó claro, «lo que se discute aquí es si seguimos igual o cambiamos, y todo lo demás es anecdótico».
Las anécdotas se las dejó el ‘jefe’ a Mercedes Fernández y a Gabino de Lorenzo, que telonearon la intervención convencidos de ganar y lanzando puentes más que claros a «todas esas personas que tienen un compromiso moral con esta ideología y se han ido por motivos personales o por causas que se me escapan», por decirlo con las palabras exactas del alcalde de Oviedo. Haciendo amigos. O pretendiéndolo.
Y ya está. Nada que añadir. Bueno, sí, una maldad: Cherines se apuntó al efecto Letizia y repitió el modelo escogido para la sesión fotográfica de arranque de campaña en EL COMERCIO. ¿Otra? Pilar Fernández Pardo lo siguió todo desde la tercera fila. Sí, tercera.