Aquel hombre, paciente, sereno, puede que hasta impasible, daba un paso y después otro, como cansado y firme a la vez. Extraño. Llevaba todos los años puestos encima y, sobre ellos, un árbol. Un árbol-árbol, sin metáforas, un considerable tronco deshojado que paseaba en equilibrio sobre los restos de un naufragio de pasos y de […]