Alguien me dijo una vez que se puede hacer poesía sin palabras. No le creí. Y me equivoqué, como casi siempre. Desde aquella vez, y mira que hace siglos, lo he comprobado en algunas ocasiones. Pocas. El sábado volvió a suceder. La cosa empezó en el Museo Barjola, en su minúscula, santa y desacralizada capilla […]