Me metí en este lío por culpa de un vermú tonto, como tantas veces. La culpa fue del vino y de un vendedor de la Once al que, por supuesto, no compramos ningún cupón. Fue él quien nos hizo elucubrar; el que provocó que empezasemos con el tan español deporte de ‘¿y-qué-harías-tú-si-te-tocasen-tropecientos-millones-de-euros?’. Dudábamos entre Bora […]