Estamos en la calle, en medio de la aglomeración, literalmente rodeados. Suena un estruendo. Olivia pregunta si son truenos y, seguidamente, sentencia que, como la cosa siga así, se va a poner a llover. Son petardos, pero ella nunca ha oído petardos así, que por la intensidad bien podrían ser cócteles molotov. Unos metros más adelante, una luz roja intensa comienza a ponerse cada vez más roja y más intensa. Olivia sospecha que es un incendio y vuelve a preguntar y a advertirnos. Son bengalas, ella tampoco las ha visto nunca. Estamos en la calle y esperamos un autobús. Así que Olivia pregunta que dónde nos vamos a sentar. “No, Oli, no nos vamos a subir, sólo vamos a verlo pasar”. Olivia mira con esa cara que ponen los niños, los niños listos especialmente, cuando un adulto les dice algo que ellos consideran absurdo; y que, seguramente, lo es, pero ese ya es otro tema. “Los autobuses se esperan para ir a algún sitio, tonta”, me dice con la mirada desde lo alto de unos hombros a cuyo propietario ya ni vemos de puro apelotonamiento. Entonces llegan unos policías en moto que a Olivia y a mí nos recuerdan a Aliatar, porque cuando Aliatar se acerca ya sabemos que después sólo puede llegar Melchor. Lo comentamos brevemente, no es momento de charlas: preparamos la garganta y levantamos las bufandas. Y aparece el autobús y, de pronto, Olivia ya lo entiende todo. Ella, que no ha visto un partido en su vida y que aún no ha pisado el Molinón, sabe que estamos en una fiesta. Aquí no hay reyes, pero sí magos. El Sporting está en Primera y Olivia, que tiene tres años, tampoco lo ha visto nunca. Hoy, además, ha aprendido que a veces, sólo a veces, los adultos celebramos fiestas para darnos las gracias y lloramos aunque no nos duela nada. Ha aprendido eso y que, en ocasiones, por extraño y difícil que parezca, dejar pasar un autobús es mejor que cogerlo. Pero todavía no sabe que lo sabe. Porque eso se tarda mucho, muchísimo, en aprender. Ya se irá dando cuenta. De momento, estamos de fiesta. Y lo celebramos. ¡Spoooooooooooooooortiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiing!