Si Fray Luis de León y Henry Morton Stanley fueran asturianos, se hubieran presentado a las últimas elecciones autonómicas, sacado su sillón de diputados y sentado ayer en la Mesa de la Junta General, la historia no hubiera cambiado demasiado. O, por lo menos, no sus dos famosas frases. El santísimo profesor podría perfectamente haber […]