El Ministerio de Fomento acaba de enterarse de que tiene un túnel en Gijón como el que se entera de que tiene un tío en América. 3,8 kilómetros excavados hace diez años que serían un gran lugar para conservar la sidra fresca si no fuera por que nos costaron 137 millones de euros. Ahí están, bajo nuestros pies, después de otros 700.000 euros más en mantenimiento desembolsados hasta 2014. Fue hace dos años, casi tres, cuando alguien en Madrid debió de traspapelar la carpeta ‘metrotrén de Gijón‘. Ya nadie habla de recuperar la inversión, de reactivar aquella presuntamente necesaria infraestructura, ahora a lo que aspira el Ministerio de Fomento es a gastarse unos euros en conservación para que no se venga abajo, si es que un subterráneo puede hacer eso. Para qué, no lo sabemos. Y lo peor es que quienes deberían saberlo tampoco tienen pinta de tener la menor idea. Se me ocurre que podemos llenarlo de palabras y falsas promesas en infraestructuras. Aunque acumulamos tanto de eso que seguro que se nos queda pequeño. Mejor me callo no vaya a sacar alguien otra vez la tuneladora. Angelitos.