Las hemerotecas son muy canallas. Todo está ahí, guardadito para salir como si quisiera vengarse. Y ahora más. La de EL COMERCIO, sin ir más lejos, puede consultarse digitalizada desde el sofá de casa. Pueden abrir ahora mismo el periódico del 16 de febrero de 2011, un día como el de ayer aunque seguramente menos soleado, y ver. Verán cómo el presidente de la cadena AC inauguraba hace seis años, rodeado de autoridades políticas una habitación, la 302 del que iba a ser el cinco estrellas de Gijón, en la Universidad Laboral. Se firmó un contrato, se hicieron fotos, posó el presidente del Principado, y la consejera de Cultura, y la alcaldesa de Gijón (otros)… Y nunca más se supo. Hasta esta semana. El presidente de la cadena AC volvió a Asturias y deshizo la cama. Dejó claro que el hotel no se hace y que cuando llegue el AVE vamos a ser muy competitivos y tal pero que, oye, que de momento el viaje a Madrid es “largo y complicado”, “un coñazo”, así, literal. Eso dijo, y aquí nos dejó, al otro lado del Muro. Como los salvajes de Juego de Tronos. O así.