Confieso que no tenía ni idea de quién era Jorge Cremades. En realidad, sigo sin tenerla. Solo sé que su próxima actuación en el teatro de la Laboral, donde iba a interpretar uno de sus presuntos monólogos, ha sido cancelada. Parece que los chistes del tal Cremades son machistas. Yo he leído alguno y lo que me parece es que son malísimos, una cutrez tirando a indigna plagada de lugares comunes prehistóricos por la que, personalmente, no pagaría un euro de entrada. De ahí a cancelar un espectáculo, o lo que quiera que hace Cremades sobre un escenario, hay un trecho. Y la pregunta que deberíamos hacernos es por qué hay gente dispuesta a pagar por escucharle. En fin, que censurar a este tipo me parece bastante más peligroso que sus chistes, por machistas y por cutres que sean. Pero no son buenos tiempos para los matices. Prohibir es más fácil. Y se acaba antes.