Hoy hay un lugar para la esperanza. No lo digo yo, lo dice la NASA, que ha descubierto que a solo cuarenta años luz existen planetas compatibles con la vida: solo a cuarenta años luz, o sea nada, porque un año luz son apenas 9,4 billones de kilómetros. Un paseín. Resulta que ahí, a tiro de piedra, tenemos otro sistema parecido al solar con siete planetas a los que podremos emigrar en cuanto nos carguemos este, cosa que al paso que vamos sucederá en no tardando. Trappist, hermanos terrícolas, esa es nuestra salida. El único problema que le veo es que como haber haya vida y ser sea parecida a la que conocemos, lo más probable es que no nos dejen entrar. Instalarán un muro o una valla o un vaya usted a saber qué clase de artilugio de últimisima generación, puede que verde, puede que plateado, porque como todo el mundo sabe los extraterrestres son verdes y/o plateados y seguramente les gustará su color. Querremos ir a Trappist, pero chocaremos con alguna frontera, con alguna aduana, porque allí todos seremos emigrantes. Hasta Trump.