Carlos Menem, ese hombre al que no hay forma de distinguir dónde le empiezan las cejas y dónde las patillas, ha vuelto con su mujer de toda la vida, que es como se suele llamar a la primera y, por lo general, más duradera de las mujeres ‘oficiales’ de un hombre. Exactamente igual que viceversa, claro está. El caso es que Carlos Menem, también conocido por tener un gusto exquisito a la hora de elegir el tinte del pelo, pasa de la rubia Bolocco y regresa al hogar primigenio. Y yo, si tuviera el día ácido, pues pensaría que a Menem le pasó como al arbeyu, que volvió al platu por vieyu, pero como tengo el día tonto pues hasta me ha parecido romántico y todo. Voy a ver si tomo un poco el aire que me estoy poniendo insoportable. Aviso.